Poverbios 5:11

Y gimas al final, cuando se consuma tu carne y tu cuerpo” (Pr. 5:11).

Antes de que te mate, piensa en lo que estás haciendo. Antes de estar en tu lecho de muerte, examina tu vida. El mundo glorifica la fornicación, pero ellos morirán e irán al infierno. ¿Eres lo suficientemente sabio como para comprender la importancia de cuestionar tus acciones antes de la muerte?

La muerte hace temer a los pecadores, incluso a los fornicarios. Cuando un hombre goza de salud, justifica sus pecados. Disfruta de sus placeres, no prevé las malas consecuencias y piensa que tiene mucho tiempo para enmendar sus caminos. Pero el lecho de muerte trae luto, y deseo de poder volver atrás y revivir tu vida. ¡Fornicario: odia tu pecado ahora, antes de que te consuma el cuerpo, y luego el alma!

Si un hombre supiera que morirá hoy, la fornicación sería una de las cosas más alejadas de su mente. La brevedad de la vida, lo inevitable de la muerte y la realidad del juicio eterno mantendrían su mente alejada de tal locura. Estaría preparando su corazón y su alma para partir de este mundo y encontrarse con el terrible Juez de todos. Fornicario: ¿Cómo sabes que no morirás hoy?

Salomón en este proverbio está en medio de una oración larga que describe las consecuencias de la fornicación (Pr 5:8-14). Su lección aquí es el dolor desesperado y angustiante que llega al final de la vida por pecar contra toda la instrucción y sabiduría de tus maestros y guías. Una de las advertencias contra el pecado sexual es hacer que una persona piense en la muerte.

Los fornicarios pueden morir de muchas maneras. Existe una larga lista de enfermedades venéreas o de transmisión sexual que asolan y consumen la carne humana de diferentes formas y en diferentes grados. El llanto y el crujir de dientes que proviene de los condenados en el infierno vienen a la mente. Ya sea que la muerte llegue directa o indirectamente, las consecuencias son las mismas. Desearás profundamente revivir tu vida.

¿Qué puede aprender un joven de este proverbio? “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón” (Ecl 7:2). Festejar y divertirse es la atmósfera y la actividad que conduce a pensamientos necios y a la fornicación. Un funeral, sin embargo, hará que los jóvenes consideren la vida de manera grave y justa, antes de que sea demasiado tarde. ¿Adónde irás hoy?

Salomón también escribió: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Ec 12:1). Se avecinan días dolorosos en los que te arrepentirás de tu pasado. Tu fin es cierto. Vas a morir y a dar cuenta de cada uno de tus pensamientos y acciones secretas. ¡Piénsalo hoy! Piénsalo mientras tengas la capacidad y el tiempo para cambiar tu vida.

Salomón, el filósofo y predicador inspirado, concluyó su análisis de la vida de esta manera: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ec 12:13-14).

Todo joven que se arrepienta y ponga su confianza en el Hombre perfecto, Cristo Jesús, puede enfrentar este día final con gozo y paz, porque una gloria inefable le espera en el cielo. Aunque haya pecado neciamente fornicando en el pasado, hay perdón completo para el verdaderamente arrepentido, porque el Señor Jesús también fue tentado durante toda su juventud, pero sin que haya jamás pecado (He 4:14-16).



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