Proverbios 10:17

Camino a la vida es guardar la instrucción; pero quien desecha la reprensión, yerra” (Pr 10:17).

¡Aquí hay sabiduría! Esta es una de las lecciones más valiosas de Salomón. Puede que no aprecies por completo el poder y la sabiduría de este proverbio, pero es el mayor indicador de tu carácter y de tu futuro éxito o fracaso en la vida. Obedecer las instrucciones y advertencias es una prueba clara de que eres noble y sabio. Rechazar la corrección y la reprensión es una prueba clara de que eres necio y profano. La regla es inspirada; el diagnóstico es totalmente certero. ¿Cómo te va en este examen?

Llegaste a la vida sin saber nada en absoluto. La única manera de progresar más allá de esa ignorancia era escuchando, aprendiendo y obedeciendo. Algunos no progresan más allá del pensamiento infantil por estos pasos hacia la sabiduría, mientras que otros crecen rápidamente en conocimiento y comprensión. Si no te humillas para obedecer las instrucciones de los maestros, te verás obligado a aprender las lecciones de la vida de la manera más difícil, con dolorosa miseria y problemas en tu vida.

La clave de la sabiduría y el honor es la humildad: la capacidad de rechazar tus pensamientos para escuchar y obedecer a los demás (Pr 15:33; 18:12). ¿Qué te impide alcanzar plenamente la sabiduría y el honor? ¡Orgullo! Este pecado conduce al rechazo arrogante y egoísta de las opiniones de los demás, lo que te deja solo con las necias imaginaciones de tu propio corazón depravado e ignorante (Pr 18:1-2). El orgullo no puede soportar ser corregido o enseñado por otro. Un hombre demasiado orgulloso es peor que un necio (Pr 26:12). ¡Capta esta sencilla lección! ¡La corrección es amor!

¿Estás libre de soberbia y eres capaz de humillarte ante la instrucción y reprensión de los demás? ¿Siempre usas el cinturón de seguridad mientras conduces? ¿Conduces dentro del límite de velocidad? ¿Obedeces la consejería prematrimonial que te dieron? ¿Sigues el manual del empleado en tu trabajo? ¿Completas el programa de mantenimiento a tiempo para tu automóvil? ¿Haces lo que tu marido te pide ese mismo día? ¿Cumples con todas las reglas y solicitudes de tus padres?

La necesidad de obedecer humildemente la corrección y la instrucción se enfatiza en Proverbios (Pr 12:1; 15:5,10; 17:10; 29:1). El resto de la Biblia también lo enfatiza. Oír y hacer trae bendición y seguridad (Mt 7:24-27; Stg 1:21-25). ¿Por qué Pablo advirtió: “No menospreciéis las profecías”? (1 Ts 5:20) Muchos no quieren un predicador que les diga qué hacer. Odian ser corregidos desde el púlpito. ¡Son tontos que se dirigen a la destrucción!

La simple lección de este proverbio demuestra dos cosas: tu carácter y tu futuro. ¡Es tan cierto como la gravedad! A los sabios les encanta que les enseñen, y tienen éxito (Pr 9:8-9). Los necios odian ser corregidos o reprendidos, y serán destruidos (Pr 9:7; 12:15; 14:16). La sabiduría promete reírse y burlarse de los necios, cuando venga su calamidad, y los sabios se reirán con la Señora Sabiduría cuando presencian el dolor y la angustia de un necio (Pr 1: 20-33).

Aunque la vida eterna en el cielo es un regalo incondicional por la gracia de Dios a través de los méritos y esfuerzos de Jesucristo, se confirma al guardar la instrucción. Hacer la voluntad de Dios es una de las grandes evidencias de la vida eterna que hace segura tu vocación y elección (Mt 7:21; 1 Ts 1:2-4; He 5:9; 2 P 1:5-11). Los que menosprecian a Dios y desobedecen Su evangelio serán destruidos en el fuego de la venganza que se avecina (2 Ts 1:7-10).



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