Proverbios 1:12

Los tragaremos vivos como el Seol, y enteros, como los que caen en un abismo” (Pr. 1:12).

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Los necios y los pecadores son arrogantemente confiados. En este proverbio, una banda de malhechores intenta atraer a un joven inocente para que se una a ellos alardeando de un éxito seguro. Tales ladrones perezosos y asesinos, hinchados con un orgullo ambicioso e ignorante, están más allá de toda esperanza o ayuda (Pr. 26:12,16).

Salomón sabía que los malos amigos son el mayor peligro para un hijo y para todos los jóvenes, por lo que comenzó Proverbios advirtiendo contra ellos (Pr. 1:10-19). Este proverbio es parte de una parábola sobre una pandilla de merodeadores asesinos, quienes describen con optimismo sus planes para atraer a un nuevo miembro. Salomón concluye la parábola garantizando su ruina (Pr. 1:17-19).

Los pobres diablos hablan en este proverbio. Aunque tales cosas rara vez se dicen abiertamente, Salomón expuso sus verdaderas intenciones con el propósito de su advertencia. Llenos de malicia y violencia, pretenden encontrar víctimas con bienes (Pr. 1:11-14). Matarán a los inocentes con facilidad y se los tragarán como si fueran una tumba. La banda unida matará rápidamente; no habrá oposición; cualquier evidencia incriminatoria será destruida. ¡El éxito es seguro!

La confianza altiva y las palabras mentirosas de estos trúhanes son viejas. Los pecadores siempre han pensado que sus crímenes serán fáciles y sin consecuencias. Están seguros del éxito en sus malas ambiciones. Los jóvenes insensatos e ingenuos caen en sus planes jactanciosos y se unen a ellos. No ven la destrucción segura que les espera a todos estos malvados rebeldes.

David confiaba en que podría matar a Urías en la batalla para quedarse con su mujer, pero se olvidó de que Dios vio el hecho, y le quitó la vida a su hijo con Betsabé (2 S. 12: 14-23). Nunca pensó que podría conducir al incesto de Amnón ni a la sedición y prostitución de Absalón.

En otro capítulo de Proverbios, Salomón cuenta cómo una mujer extraña, adúltera, le garantiza a un joven ingenuo placer y éxito en una relación pecaminosa (Pr. 7:18-23). Ella detalla cómo podrían salirse con la suya con el atroz crimen contra su marido. El necio que se unió a ella acabó muerto y en el infierno (Pr. 2:18-19; 5:5; 7:27; 9:18).

Judas pensó que treinta piezas de plata por traicionar al Señor Jesús era un negocio redondo. Pero el resultado final fue muy diferente: devolvió el dinero y sus cómplices se burlaron de él. En su orgullo, no vio a Satanás dejando sus entrañas culpables esparcidas por la tierra (Hch. 1:18). Nunca imaginó que la severa maldición del Salmo 109:6-20 era para él y su crimen.

Los judíos odiaban al Señor, por lo que le exigieron a Pilato que lo crucificara. Cuando él trató de evitar el derramamiento de la sangre inocente, ellos la pidieron aceptando que la culpa recayera en sí mismos y en sus hijos (Mt. 27:24-25). Dios y Tito se aseguraron de que eso sucediera exactamente con la peor tribulación que el mundo había visto jamás hasta ese momento en la historia de la humanidad (Mt 21:33-41; 22:1-7; 23:29-36; 1 Ts. 2:15-16).

Duro es el camino de los transgresores (Pr. 13:15), más duro el camino de los homicidas. Salomón escribió: “El hombre cargado de la sangre de alguno huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá” (Pr. 28:17). Serán destruidos los pandilleros de todo tipo que practican la violencia. La Biblia advierte que la vela de los impíos se apagará (Job 21:17; Pr. 24:20).

La lección del proverbio es que evalúes sabiamente las afirmaciones jactanciosas de los pecadores, y las rechaces. Son mentirosos ignorantes o mentirosos maliciosos, y sólo un tonto les creería. Las razones de su arrogancia son el orgullo perverso y el deseo de engañar a otros necios para que se unan a ellos. Tu escepticismo y rechazo debes aplicarlo a las pandillas, las iglesias contemporáneas y cualquiera que tenga una agenda contraria a la Biblia. Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso (Ro 3:4).

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