Proverbios 12:20 (N)

“Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; pero alegría en el de los que piensan el bien” (Pr 12:20).

¡Qué proverbio clásico! Si te encanta desentrañar dichos oscuros, esta es tu oportunidad (Pr 1:6). La clave para entender la lección está en el contraste entre las dos cláusulas. Los que imaginan el mal contra los demás son mentirosos y serán castigados por ello. Los hombres justos buscan la paz con sus palabras y consejos, y Dios los bendecirá con una vida feliz.

Si bien el contexto a menudo tiene poco valor en Proverbios ya que muchos de los versículos están solos, hay una dirección para este proverbio. Salomón exaltó la verdad y condenó la mentira en el contexto (Pr 12:17-19,21-22). Por lo tanto, “engaño” en este proverbio no es el autoengaño de los que imaginan el mal, sino el engaño que los hombres malvados planean y usan contra los demás. Los hombres con malas intenciones o envidia contra sus vecinos mentirán para aprovecharse de ellos.

El contraste en muchos proverbios es muy útil para encontrar las elipses. Los que imaginan el mal contra los demás se contrastan con los que aconsejan la paz. Algunos hombres tienen malas intenciones contra su prójimo, pero otros hombres solo desean el bien y paz. Mientras que unos usa el engaño para corromper, robar o herir, los otros usan la verdad para sanar y fortalecer. La recompensa de los primeros es tristeza y angustia, pero la bendición de los justos es alegría.

¿Hay una lección? La mentira se origina en el corazón humano, donde comienza con malos pensamientos sobre otras personas. Si tienes un resentimiento amargo o una envidia odiosa hacia los demás, esto corromperá tu trato con ellos. En lugar de tratar honesta y verazmente con sus mejores intereses en mente, les mentirás o los engañarás para seguir tu perversa agenda.

La cura es guardar tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida (Pr 4:23). El Señor Jesús y Santiago advirtieron muy claramente que todos los pecados comienzan en el corazón (Mt 12:34-37; 15:18-20; Stg 1:13-16). Si albergas envidia o contienda en tu corazón, te hace completamente vulnerable a la confusión y a toda obra maligna del diablo (Stg 3:14-16).

¿Hay otra lección? Dios ama y bendice a los pacificadores (Mt 5:9). Si tus palabras y consejos a los demás son verdad y paz, Dios favorecerá tu vida (Pr 15:23; 1 P 3:10-13). Frente a la confusión infernal y el mal de la contienda y la envidia está la paz y la justicia de la sabiduría celestial (Stg 3:17-18). La diferencia es muy grande. ¡Aconseja paz hoy!

Las diferencias entre los hombres es habitual. ¿Cómo lidiarás con ellas? ¿Perdonarás a los que te ofenden? (Pr 19:11; Mt 18:21-22) Si has ofendido a otros, ¿buscarás rápidamente la reconciliación? (Mt 5:23-26) Si sabes de problemas entre otros, ¿les aconsejarás la paz y la unidad? (Ro 14:17-19) ¡Aconseja paz hoy!




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