Proverbios 12:5
“Los pensamientos de los justos son rectitud; mas los consejos de los impíos, engaño” (Pr 12:5).
¿Acerca de qué piensas? Tus pensamientos prueban tu verdadero carácter. Es posible que otros no conozcan tus pensamientos, pero Dios sí (He 4:12), y Él te tratará en consecuencia. ¿Eres justo o impío en tus pensamientos? Incluso el pensamiento insensato es pecado (Pr 24:9).
La diferencia entre el justo y el impío es enorme, con grandes consecuencias para esta vida y la venidera (Pr 3:33;10:7; 11:31; 12:21; 14:11; 15:8,29; 24:19-20; Sal 58: 1-11; 112: 1-10; Mt 25: 31-46). Eres lo uno o lo otro: eliges cada día.
¿Dónde se origina esta diferencia? ¡En los pensamientos y las intenciones del corazón! Salomón en este proverbio hizo una simple observación, pero es tu privilegio aprender la lección. La justicia o la maldad comienza en los pensamientos, así que debes gobernarlos a todos.
Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida (Pr 4:23). “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo” (Lc 6:45).
El corazón es la fuente de las emociones, pero también es la fuente de los motivos y las elecciones, porque eliges lo que deseas y amas. Por tanto, debes gobernar y enseñar a tu corazón a amar las cosas buenas y a odiar las cosas malas (Pr 8:13; Sal 119:128).
Pero hay un problema, ¡un problema terrible! Por la maldad heredada de Adán, el padre de todos los hombres, tu corazón es corrupto y perverso (Pr 20:9). Está escrito, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer 17:9).
La única esperanza que tienes es la misericordia de Dios en Jesucristo, que da corazones nuevos a sus elegidos y escribe sus leyes en ellos y en su mente (Jer 31:33; He 8:10; 10:26). Sin esta nueva creación, tu corazón está en guerra contra Dios (Pr 28:26; Gn 6:5; Mr 7:20-23).
El pensamiento necio es pecado (Pr 24:9), y lleva al pecado (Stg 1:13-16). Los impíos piensan a menudo en el pecado, sin pensar en Dios (Sal 10:4; 36:4; Miq 2:1). Fantasean con el adulterio (Pr 6:25); desprecian la corrección (Pr 26:16); traman el mal (Pr 6:18).
Los justos meditan en la ley de Dios y en las cosas justas (Sal 1:1-3; 119:97). Están decididos a hacer lo correcto a los ojos de Dios. Cuando caen y pecan, confiesan su locura, se arrepienten de su maldad y vuelven a buscar a Dios (1 Jn 1:9; Ro 7:14-23).
¿Odias y te molestan los malos pensamientos, las ideas falsas y las opiniones equivocadas del mundo? ¿Confías en la Palabra de Dios y amas la verdad y la sabiduría que se encuentran en ella? Dios odia y se resiente de los pensamientos del mundo (Sal 94:11; Pr 15:26; Ro 1:19-27). David dijo: “Aborrezco los pensamientos vanos, pero amo tu ley” (Sal 119:113). También dijo: “Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas; y aborrezco todo camino falso” (Sal 119:128).
¿Qué debes hacer? ¡Confiesa tus pensamientos pecaminosos! (Sal 51:10) Ruega a Dios que escudriñe tus pensamientos (Sal 19:14; 139:23-24). Pídele que incline tu corazón a las cosas buenas (Sal 86:11; 119:36; 141:4). Llena tu mente con Sus palabras, buena predicación y buena música (Lc 4:4; Hch 17:11; Col 3:16). Elige transformar toda tu manera de pensar (Ro 12:1-2; Ef 4:22-24).
¿Qué más deberías hacer? Recuerda que los pensamientos y los consejos del mundo son corruptos y malvados. El mundo te miente todos los días. Cuanto más escuchas o miras, más mentiras crees. Si te gustan sus ideas, estás engañado. Lo que permites diariamente que entre en tu mente a través de los oídos y los ojos te llevarán a pensamientos de verdad y sabiduría, o de mentiras y locura.
El mundo piensa que faltar el respeto a los padres está bien, que la fornicación es sólo sexo casual, que el aborto es un derecho de la mujer, que las tonterías son graciosas, que la embriaguez puede ser genial, que los sindicatos son necesarios contra los propietarios, que el pelo corto y las faldas en las chicas es elegancia, que ir a la iglesia es sólo si te conviene, que los matrimonios entre personas del mismo sexo están bien, y muchas otras ideas necias y perversas.
Las malas relaciones corrompen las buenas costumbres (1 Co 15:33). Si te asocias con pensadores mundanos, te corromperán para que aceptes sus necedades y mentiras. Si te asocias con cristianos piadosos, te convencerán de pensar en la sabiduría y la verdad. Lo que permites que entre a tu corazón y mente es muy importante, así que vigila cuidadosamente tu elección de amigos, entretenimiento, música, navegación por Internet, televisión, amigos de Facebook, iglesia, etc., etc.
Encuentra una iglesia donde el pastor cumpla con la descripción de su trabajo en la Biblia: predicar la Palabra de Dios sin disculpas ni compromisos para derribar tus ideas erróneas y capturar todos sus pensamientos a la obediencia de Cristo (2 Ti 4:2-4; 2 Co 10:4-6). Esta no será una iglesia popular o en crecimiento en estos tiempos peligrosos de los últimos días, pero la iglesia de Noé era pequeña (8 miembros) y solo unos pocos discípulos esperaron en Jerusalén para Pentecostés (120).
Los mejores pensamientos son los que Dios inspiró en la Biblia para aprender sabiduría y verdad, como estos proverbios del rey Salomón. Si lees la Biblia diariamente con el deseo profundo de aprender sabiduría y verdad, y si memorizas algunos de sus versículos, puedes llenar tu mente con cosas maravillosas en las que pensar sin importar tu condición o situación (Sal 1:1-3; 19:7-11; 119:11; Jer 15:16). ¡Haz de hoy tu mejor día de pensamientos inspirados por el Señor y su Palabra!
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