Proverbios 1:29

“Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová” (Pr. 1:29).

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Dios no está obligado a escuchar tus oraciones (Pr. 1:24-28). Él no está a tu entera disposición, como muchos suponen. Si descuidas o rechazas su oferta de sabiduría, Él prometió ignorar tus gritos de ayuda y volver tu maldad sobre tu propia cabeza (Pr. 1:30-32; Sal. 66:18).

Si desatiendes el conocimiento y el temor del gran Dios de la Biblia, el Señor Jehová, conviertes a la Señora Sabiduría en tu enemiga. Ella se reirá de las calamidades que te sobrevendrán. Si no conoces a este Dios, no conoces al Dios de la Biblia.

La Señora Sabiduría habló (Pr. 1:20-33). Ella representa la oferta de sabiduría de Dios a los hombres. Es claramente visible en su creación de los cielos y la tierra (Sal. 19:1-6; Ro. 1:20). Es confirmada por su providencia misericordiosa hacia los hombres (Mt. 5:45; Hch. 14:17). La reveló por escrito y envió hombres a predicarla (Dt. 29:29; Jer. 3:15; Col. 1:28-29). Si estás demasiado ocupado o eres demasiado rebelde para humillarte ante la sabiduría de Dios, entonces la has transformado en tu enemiga.

¿Cuál es la sabiduría aborrecida aquí? (Pr. 1:22) Es el conocimiento del Dios santo de la Biblia, que es el principio del entendimiento (Pr. 2:5; 9:10; 30:3). Es la instrucción de padres, maestros y pastores quienes exponen la voluntad de Dios para tu vida (Pr. 12:1; 15:14; 18:15; 19:27; 22:17; 23:12). Es la doctrina de la Biblia que describe a Dios, lo que Él ha hecho con los hombres y lo que ellos deben hacer con Él (Sal. 119:66; 2 Ti. 3:16-17).

¿Qué es el temor de Jehová? Es la reverencia y la adoración a Jehová Dios; lo que lleva a los hombres a odiar el pecado, a amar la justicia y a deleitarse en Él y en sus caminos (Pr. 8:13; 14:27; 16:6; Sal. 111:10; Ec. 12:13-14). Hace que los hombres desprecien sus propios corazones insensatos y las opiniones vanas de los demás (2 Cr. 19:7-9; Dn. 3:16-18; He. 5:7). Proporciona un ancla y un fundamento para el carácter que evita que los hombres naufraguen en esta vida (Gn. 42:18; Ex. 18:21).

¿Cómo odian los hombres el conocimiento? ¿No es esta la era de la información, cuando los hombres aman el conocimiento y el aprendizaje? El único conocimiento que aman es su propia opinión o las opiniones de otros como ellos. Rechazan la existencia de Dios, la creación divina como origen de todas las cosas, los absolutos morales de la conducta humana, el castigo eterno, etc. Lo que ellos llaman ciencia, Dios lo llama habladurías profanas y fábulas de viejas (Sal. 49:6-13; 94,11; 1 Ti. 4:7; 6,20).

¿Cómo no escogen el temor de Jehová? Eligen amar los placeres en lugar de amar a Dios, y le dan sólo un lugar menor en sus vidas. Lo adoran con rituales y una apariencia de piedad, en lugar de en verdad con sus corazones y vidas (2 Ti. 3:4-5). Eligen pastores que los entretienen con las fábulas de la religión contemporánea (2 Ti. 4:3-4). Debido a que eligen este enfoque moderno de adoración, Dios los cegará y los confundirá (Is. 29:13-14). Él no escuchará sus oraciones. Él los maldecirá a en lugar de bendecirlos.

¿No puedes imaginar a los hombres odiando el conocimiento? Considera el odio que tiene Hollywood por la moralidad. La N E A por la creación. NOW por la vida humana. La ACLU por Dios y la Biblia. La NFL por la iglesia el día domingo. La DNC por el matrimonio entre personas de diferente género. El Vaticano por Mateo 23:9. Las fraternidades universitarias por la sobriedad. La PTA por la disciplina infantil. MTV por los padres. Los sindicatos por la productividad. ESPN por la sabiduría. Wall Street por la caridad. Las Vegas por el ahorro. La NBA por la modestia. MSNBC por la verdad. ¡Dios juzgará a los hombres!

¿No puedes imaginar a los hombres odiando el conocimiento? Considera el odio que Darwin tenía por Génesis. La princesa Diana por fidelidad marital. Nietzsche por Dios. Picasso por la belleza. Marilyn Monroe por la virtud. Freud por la cordura. Carl Sagan por la ciencia demostrable. Ben Spock por la disciplina infantil. James Dean por la autoridad. José Smith por la monogamia. El Papa Juan Pablo II por 1 Timoteo 4:1-3. Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison por la piedad. Marx por la propiedad. Stalin por la benevolencia. ¿Dónde están estos rebeldes hoy?

Si un hombre odia la instrucción de Dios sobre la fidelidad marital, la mujer extraña lo destruirá (Pr. 5:3-14; 6:24-35; 7:6-27). Si odia las advertencias sobre la prudencia financiera, será destruido financieramente (Pr. 6,6-11; 13:23; 14:23; 22:26-27). Si rechaza las reglas de Dios para la educación de los niños, le romperán el corazón y lo avergonzarán (Pr. 19:18,26; 27:11; 29:15). Si se casa en contra de las advertencias de los Proverbios, será atormentado por la mujer rencillosa (Pr. 12:4; 21:9,19; 30:21-23; 31:30). Rechazar la sabiduría práctica de Dios trae destrucción práctica.

Noé predicó la justicia a su generación durante 120 años (Gn. 6:3; 2 P. 2:5; He. 11:7). Pero odiaron el conocimiento que enseñó y el temor del Señor que ofreció. Confiaban en su radar meteorológico Doppler, en sus títulos universitarios y en sus donaciones a UNICEF. Entonces Dios envió un diluvio que los ahogó a todos, incluidos los jóvenes, los ancianos, los discapacitados, los fuertes, las mujeres, los niños y los animales (Mt. 24:37-39). Lloraban y gritaban fuera del arca, pero Dios ya había cerrado la puerta (Gn. 7.16). Él se burló de su miseria (Pr. 1:26).

El Dios de la Biblia sigue siendo un fuego consumidor (He. 12:29). Todavía es cosa terrible caer en sus manos (He. 10:31). El Señor Jesucristo está gobernando el cielo y la tierra con vara de hierro (Ap. 2:26-27; 1 Co. 15:25). ¿Has mirado un mapa político universal recientemente? Sólo pregúntale a Faraón. A Asiria. A Tiro. A Babilonia. A Belsasar. A Persia. A Jerjes. A Grecia. A Alejandro Magno. Al imperio Romano. A Nerón. A Alemania. A Hitler. A la Unión Soviética. A Khrushchev.

¿Odias el conocimiento? ¿Has rechazado el temor de Jehová? ¿Sabes lo que son? Fueron definidos anteriormente. ¿Leíste las definiciones demasiado rápido? Léelas de nuevo. Tu futuro y tus oraciones dependen de conocerlas y ajustarte a ellas.

¿Odias el conocimiento? ¿Has rechazado el temor de Jehová? Tus pensamientos o palabras son irrelevantes—¿cómo es que todavía les haces caso? ¿Lees cuidadosamente la Biblia todos los días? ¿La estudias fielmente? ¿Consideras la exposición de la Palabra de Dios la mejor parte de día domingo? ¿Repasas, y aplicas lo aprendido a tu vida? Si tus oraciones no son escuchadas y tu vida se está desmoronando, considera bien este proverbio. Haz ofendido a la Señora Sabiduría.

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