Proverbios 14:13
“Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja” (Pr 14:13).
El mundo se ríe hasta el infierno. Los chistes, los dibujos animados, los comediantes, las comedias de situación, las fiestas, la embriaguez y las sustancias químicas que alteran el estado de ánimo están de moda. La risa se usa para cubrir el vacío interior y engañar a los demás de que todo está bien. Pero la soledad después de tanta frivolidad es aplastante.
La vida no es divertida. Morir es una perspectiva terrible. El infierno no es gracioso. Una fiesta de borrachera no puede eliminar la dolorosa realidad del vivir disfuncional, las expectativas incumplidas, la certeza de la muerte y la posibilidad de la condenación eterna. Los hombres no pueden hacer lo suficiente para olvidar su dolor y sus problemas. Cuando la risa termina, el corazón siente una pena aún más honda.
¿Qué risa tiene tristeza debajo? ¿Qué alegría termina en pesadumbre? Esto no puede ser la risa y el júbilo de los justos, porque su felicidad fluye de un corazón que está lleno de alegría, esperanza, gozo y paz. El proverbio debe estar relacionado con la risa de los impíos, que se describen en los proverbios anteriores y siguientes (Pr 14:12,14).
Considera la vida de un necio. Salomón analizó lo mejor que puede ofrecer la vida en la tierra, y lo resumió todo como “vanidad y aflicción de espíritu” (Ec 1:14). La vida es demasiado corta; nunca cumple con las expectativas; está llena de problemas y tristezas; el alma no se contenta con ninguna cantidad de nada; dulce es la muerte comparada con el juicio que sigue (Ec 12:13-14).
No es de extrañar que el mundo inventara los parques de atracciones. Reflexionar es considerar y pensar. Divertirse es reemplazar esas actividades sobrias por frivolidades y tonterías. Así que gastan una fortuna para dedicarse a la locura para encontrar la realización, pero deben irse a dormir esa noche sabiendo que fue una distracción costosa y ridícula que no funcionó en absoluto. Están vacíos.
No importa lo que digan los incrédulos, son infelices. Es fácil de ver. Los que tienen las mejores circunstancias, los que el mundo más admira, tienen la mayor miseria. Considera las llamadas estrellas de Hollywood. Sus lamentables vidas de divorcio, suicidio, borracheras, drogas y otros síntomas de disfunción dicen la verdad. Están vacíos, son miserables y vanos. La Biblia los llama “fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas” (Jud 1:13).
Cuando tu corazón está afligido por la convicción, el autoexamen o la pérdida, recurrir a la risa no es la solución, porque la carcajada no le hace bien a tu alma. De hecho, Salomón dijo que cantar canciones a un hombre con el corazón apesadumbrado es un acto de crueldad (Pr 25:20). Un corazón convicto o atribulado debe encontrar su consuelo en Dios, no en la risa tonta, porque tal alegría falsa y fingida resultará en una tristeza y una desilusión aún mayor.
El autor de Gracia Admirable escribió:
Gracia infinita recibirá
Todo el que cree en Cristo el Señor;
Si del pecado cansado estás,
Ven, gracia ofrece tu Salvador
Lector, ¿sabes la verdad de estas palabras? Busca al Dios del cielo este día. Los que han probado ambas formas de vivir, juran por la vida justa (Sal 73:25-26; Ec 12:13-14).
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