Proverbios 14:23

En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen” (Pr 14:23).

Ofrecer papas fritas como el salario mínimo es mejor que escuchar otro plan de negocios para ganar un millón. Si te molesta la declaración, ¡este proverbio es para ti! Los soñadores y promotores fantasean con tener éxito; los hombres diligentes y piadosos van a sus mismos trabajos de siempre con corazones agradecidos y encuentran el éxito a través del trabajo duro. No se sientan a hablar con especuladores y hacer hojas de cálculo de riqueza imaginaria de un nuevo negocio de fantasía. Ver otros proverbios (Pr 1:32; 12:11; 13:4; 13:11; 13:23; 14:4; 14:15; 27:23).

Algunos hombres siempre hablan de nuevos negocios, nuevas inversiones. Están llenos de ideas sobre cómo ganar dinero, pero su propio éxito siempre está a la vuelta de la esquina. Salomón advirtió a su hijo contra las distracciones y los engaños de los esquemas para hacer dinero. Conocía las emocionantes “oportunidades comerciales” y los “secretos de inversión” de los tontos perezosos y los promotores mentirosos. “Hijo, las horas extra en la freidora son mejores que escuchar a estos perdedores”.

En todo trabajo hay ganancia. Tomemos a un joven promedio, que diligente y fielmente trabaja duro por el salario mínimo, en un trabajo de comida rápida. En un año, será supervisor de turno. En otro año, jefe de turno. En dos más, encargado de tienda. Después de administrar fielmente durante un año, obtendrá una parte de la acción. En cinco años más, será dueño de la mitad del negocio. En cinco más, comprará al propietario. ¡Simple, seguro y exitoso! No hay mejores ideas aquí, ¡solo trabajo duro y fiel! No está mal para servir papas fritas por el salario mínimo, ¿eh?

En todo trabajo hay ganancia. Tomemos a otro joven que diligente y fielmente trabaja arduamente en trabajos ordinarios de fábrica o de oficina. Dichos esfuerzos harán que sus aumentos y promociones estén por encima del promedio. Ahorrando e invirtiendo parte de su salario semanal, acumulará mucho en 40-50 años de trabajo. Se jubilará a tiempo con importantes beneficios de la empresa, un seguro social considerable y un patrimonio apreciable. ¡Simple, seguro y exitoso! No hay mejores ideas aquí, ¡solo trabajo duro y fiel! No está mal para un simple empleado de oficina o de fábrica, ¿eh?

En todo trabajo hay ganancia. Un tercer joven por sabio consejo se decide por una profesión que requiere una maestría. El proverbio funciona también con una educación vocacional o un doctorado. Termina sus estudios lo más rápido que puede con excelentes calificaciones y la menor cantidad de deuda. Ingresa a un campo profesional con una habilidad transferible, trabaja duro en ella y debería ganar más que los dos ejemplos anteriores durante su vida laboral, en igualdad de condiciones. ¡Simple, seguro y exitoso! No hay mejores ideas aquí: ¡solo un trabajo duro y fiel en los estudios académicos primero y una carrera después! No está mal para un estudiante, ¿eh?

Pero la charla de los charlatanes sólo tiende a la penuria. Mira al hombre que anhela el estilo de vida de los ricos y famosos: odia su aburrido trabajo trabajando para otros. El trabajo para él es conducir un Lexus, verificar las inversiones por teléfono celular y exhibir su Rolex en buenos restaurantes. Él lee y escucha cada estafa descabellada. Se babea ante los rendimientos “garantizados” del 50% e invierte mucho para “aprovechar” su “información privilegiada” ¡El esquema Ponzi lo lleva a la penuria, y el trabajador duro tiene que prestarle dinero para la comida!

La charla de los charlatanes sólo tiende a la penuria. Observa al hombre siempre cambiando de trabajo y siempre en una nueva “oportunidad de negocio”. Asiste a reuniones de hurra-hurra donde gente linda con autos alquilados y esquemas piramidales para negocios y Rolex de imitación le dicen que puede ser rico, ¡fácilmente! Está fascinado. Decidió que nunca sería un trabajador duro, y cada nueva “oportunidad de negocio” y estafa de inversión son salvadores potenciales del trabajo real. Pero por alguna razón nunca encuentra la veta madre prometida.

Joven, olvida tus sueños cuando te levantes por la mañana y te laves la cara. Ahora te toca trabajar, no dormir y soñar, o soñar y dormir. Soñar no es ambición. El optimismo no es ambición. Los planes de negocios no son ambición. Trabajar más duro y más fielmente que nadie es ambición. Olvídate de la mentalidad de lotería. No vas a ser la próxima superestrella de la NBA. Hoy es un bendito privilegio: utilízalo para hacer más y mejor, con un espíritu más alegre, en un trabajo real, que cualquier otra persona. Ganarás.

Aquí está la sabiduría financiera divinamente inspirada del hombre más rico y exitoso que jamás haya existido. Las ilusiones son para los perdedores; sólo el trabajo constante producirá resultados. Las excepciones son mentiras, y nunca duran de todos modos (Pr 13:11). Hablar es barato. Hablar de ganar dinero de otra manera que no sea el trabajo duro en un trabajo aburrido es confuso, engañoso, distractivo, tonto y vano. Le robará a tu alma la ambición necesaria para tener éxito.

Muchas empresas derrochan sus ganancias dedicando más tiempo a hablar de ahorrar dinero y aumentar los ingresos que a producir y vender su producto o servicio. El costo por hora de reuniones de alto nivel con numerosos participantes es enorme. Es posible que pronto soliciten la protección del Capítulo 11*. Los gobiernos hacen lo mismo: analizan, debaten y se reúnen con poco esfuerzo productivo para solucionar verdaderamente el problema.

El salario mínimo no está mal. Es más por hora de lo que ganan casi todos los “distribuidores” en marketing multinivel por las horas dedicadas a escuchar y hablar sobre hacerse rico. Es más de lo que ganan los “inversionistas” en los esquemas Ponzi y otras estafas de inversión que liberan a los tontos cada año de su dinero con la tonta y vana esperanza de volverse lo suficientemente ricos como para evitar tener que trabajar en un trabajo real. En todo trabajo hay ganancia, incluso en el salario mínimo.

No toda conversación de negocios conduce a la penuria, porque hay seguridad en los consejeros sabios (Pr 11:14). Pero los consejeros sabios nunca son los que te solicitan, te venden una inversión, te ofrecen un producto o promocionan una “oportunidad”. ¡Ten cuidado! La conversación justificada no condenada por este proverbio debe ser objetiva, basada únicamente en hechos, y con sabios independientes, terceros, críticos y exitosos. Te dirán la verdad, no lo que quieres oír.

Se agradecido por tu trabajo. Se agradecido por tus habilidades dadas. Se agradecido por la oportunidad de trabajar duro. Agradece este proverbio. ¡Ponte a trabajar, ahora! Llega temprano al trabajo; quédate hasta tarde. Supera las expectativas laborales. Se alegre; se respetuoso. Trabaja celosamente como para el Señor. Trabaja pacientemente con tu mirada puesta en la recompensa del cielo. ¡Tu tendrás éxito!

Las ilusiones son lo que hacen los niños tontos en las rodillas de Papá Noel. ¡Cualquier cosa que suene demasiado buena para ser verdad no es verdad! Es una vanidad engañosa que roba tu enfoque del trabajo real. Ara tu campo y rechaza la ilusión de pastos más verdes en otros lugares (Pr 28:19). Evita e ignora todas las fuentes de “oportunidades comerciales” que prometan más que tu trabajo. No los escuches. No leas sus mentiras promocionales. Aplícate a lo que está delante de ti.

También debes darte cuenta de que hablar de tu relación con Dios no es lo mismo que tener una relación real con Él. En vez de hablar de cuánto amas a Jesús o de escuchar a los que te lo quieren decir, ponte manos a la obra buscando Su rostro y guardando Sus mandamientos. Juan escribió: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Jn 2:4). Haz que tu meta diaria sea enfatizar Su palabra, la oración, Su adoración y Su pueblo. Te beneficiarás de ello.



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* Este capítulo del Código de Quiebras generalmente prevé la reorganización, que generalmente involucra a una corporación o sociedad. Un deudor del capítulo 11 generalmente propone un plan de reorganización para mantener vivo su negocio y pagar a los acreedores a lo largo del tiempo.




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