Proverbios 15:20

“El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Pr 15:20).

Puedes hacer muy felices a tus padres siendo sabio, y Dios te bendecirá por ello. Tu futuro depende de complacer a tus padres. Dios predeterminó a tus padres y espera que los reverencies por su oficio y por lo que han hecho por ti. ¡Dios escogió a tus padres específicos! La tierra tiene más de 4 mil millones de padres, pero Dios eligió a los dos que sabía que serían los mejores para ti, independientemente de lo que pienses de ellos o desees para ti.

Considera este proverbio. Está en el modo indicativo, expresando hechos sin un consejo claro. Debe descubrirse todo su valor, intención y fuerza. Ya que los hijos sabios alegran a los padres, ¿es la lección (1) que los hijos sean sabios, (2) que los hijos sabios hagan felices a sus padres, o (3) que los padres eduquen a sus hijos en la sabiduría para su propia alegría futura? Todas estas lecciones son buenas.

¿Cómo desprecia el hijo necio a su madre? “El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre (Pr 10:1). “El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz” (Pr 17:25). Un hijo necio desprecia a su madre indirectamente al ser una fuente de pesadumbre y amargura para ella a través de su vida necia.

Los jóvenes deben ser sabios, porque la sabiduría es importante y trae muchos beneficios (Pr 4:5-9). La sabiduría también trae el favor de Dios y de los hombres (Pr 3:4; Lc 2:52). Pero la lección de este proverbio es el efecto que la sabiduría tiene sobre los padres. Si eliges ser tonto, ofendes a Dios, te lastimas a ti mismo, ofendes a los demás y lastimas a tus padres. ¡Ten cuidado!

¿Cuán importante es complacer a tus padres siendo un hijo sabio? ¡Mucho! Considéralo positiva y negativamente. Si obedeces y honras a tus padres, Dios te bendecirá con una buena y larga vida (Ex 20:12; Dt 5:16; Ef 6:2-3). Pero Dios requirió la pena capital para los hijos insolentes, y Él mismo la ejecutará, si la nación descuida sus deberes (Pr 20:20; 30:17; Ex 21:15,17; Lv 20:9; Dt 21:18-21; 27:16; Mt 15:4).

¿Por qué perder tiempo, dinero o esfuerzo para vivir más por los factores cuestionables de la nutrición, el ejercicio, la medicina o la suplementación? El Dios del cielo, quien te dio la vida, te dice a través de este proverbio que Él añadirá años a tu vida, si vives sabiamente. ¿Cómo? Cumpliendo Su promesa de dar una buena y larga vida a aquellos que honran a sus padres.

¿Qué es la sabiduría? ¡El poder del juicio correcto! Los hombres sabios temen a Dios y aprenden Su Palabra para conocer y hacer la perfecta voluntad de Dios en todas las situaciones. Son diligentes, misericordiosos, justos, misericordiosos, nobles, prudentes, rectos y virtuosos. Los padres ven a tales hijos vivir sabiamente, y les da gran alegría (Pr 10:1; 17:21; 19:13; 23:15-16,24-25; 27:11; 29:3).

En lugar de pensar que has cumplido con tu deber hacia tus padres dándoles una tarjeta o invitándolos a comer, haz que el temor del Señor y la sabiduría bíblica sean las cosas más importantes en tu vida. Esto les dará a los padres piadosos mucho más gozo que cualquier regalo. Dios se complacerá y te bendecirá por ello; la sabiduría te traerá prosperidad y te salvará de problemas; y tus padres estarán encantados.

Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios. Creció en sabiduría y en estatura desde niño (Lc 2:52). Su Padre que está en los cielos lo amaba mucho, y Jesús le agradaba en todo (Mt 3:17). Él también agradó a Su madre, y ella se mantuvo fiel a Su religión a través de Su muerte y resurrección (Lc 2:19,51; Jn 19:25; Hch 1:14). Practicó perfectamente este proverbio siendo sabio para su Padre y no despreciando a su madre. Sigue su ejemplo perfecto.






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