Proverbios 20:23 ($)
“Abominación son a Jehová las pesas falsas, y la balanza falsa no es buena” (Pr 20:23).
Dios se preocupa por las prácticas comerciales. La Biblia ordena pesos honestos y medidas honestas. La sabiduría incluye la honestidad y la integridad en los tratos financieros y profesionales. La verdad y la rectitud exigen que trates cada transacción con precisión y cuidado. Si quieres las bendiciones de Dios y evitar su juicio, considera la advertencia de este proverbio.
¿Qué está más cerca de 1 kilo: 425 gramos o 480 gramos? ¡Depende de si estás comprando o vendiendo! Sería mejor comprar 1 kilo y obtener 425 gramos que engañar a un vendedor. Sería mejor vender un 1 kilo y dar 480 gramos que engañar a un comprador. El Señor, Jehová de la Biblia, condena tal sinuosa manera de actuar; exige una honestidad escrupulosa en los tratos comerciales. Aborrece y detesta las prácticas financieras falsas, y castigará a tales hombres o naciones.
Los necios dicen que la Biblia no es relevante para la sociedad moderna. El rey Salomón, hace 3000 años, enseñó el valor de los pesos justos y medidas justas para una economía eficiente y próspera. Los hombres y las naciones han florecido con honor y riqueza cuando o donde este proverbio fue obedecido, tal como se prometió (Pr 4:7-9; 8:12-21; 22:4; Sal 144:11-15). Proverbios 20:23 es tan relevante como los Departamentos de Pesas y Medidas en las naciones prósperas del mundo.
Moisés requirió pesos honestos y medidas honestas hace 3500 años, y prometió que el mundo envidiaría a Israel por sus leyes sabias y justas (Lv 19:35-36; Dt 4:5-8; 25:13-16). Dios llamó abominación las prácticas comerciales desleales, por lo que Salomón repitió esta regla económica con frecuencia (Pr 11:1; 16:11; 20:10). Cuando Israel violó el proverbio, Dios envió profetas para advertirles del juicio venidero (Os 12:7; Am 8:5-6; Miq 6:10-11).
Considera las palabras del proverbio. “Pesas falsas”, significa diferentes medidas de peso para engañar a los clientes con una balanza. Tales prácticas comerciales son una abominación para Dios: Él las aborrece, odia y detesta. Una “balanza falsa” es una balanza manipulada para engañar a los clientes que creen se usan los pesos correctos. “No es buena”, es la figura retórica llamada meiosis, que es el uso de una subestimación deliberada, ¡porque el paralelismo del proverbio lo define como una abominación!
Imagínate por un momento tratando de comprar y vender manzanas o diamantes, aceite de oliva o aceite de motor, o incluso crutones o materiales de construcción sin un sistema de pesos y medidas. El caos dominaría rápidamente el mercado si no hubiera estándares para pesos y medidas. La confianza en la compra y el uso de materiales se basa en estos estándares, y esta confianza libera el genio y el poder creativo y productivo para producir y prosperar.
Estados Unidos tiene la economía más grande del mundo. Su Constitución dio la responsabilidad de “fijar el estándar de pesos y medidas” al gobierno federal. En 1836, el Congreso estableció lo que se llama el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (N.I.S.T.) como parte del Departamento de Comercio. Al definir y hacer cumplir los estándares, la consistencia en la economía nacional ahora impulsa el papel de Estados Unidos en la economía global.
¡Pero demos el crédito a quien corresponde! Moisés estableció esta importante ley hace 3500 años. Salomón la reiteró hace 3000 años. Ambos lo hicieron por inspiración de Dios para el beneficio de la nación escogida de Dios. Aunque los hombres y las naciones se burlen de la Biblia, el grado de prosperidad que disfrutan es en la medida en que la respetan. Las naciones del tercer mundo descuidan o rechazan la sabiduría de este proverbio para su propia pobreza. ¡Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso!
Hay formas más sutiles en que las personas pueden hacer trampa. Salomón escribió: “El que compra dice: Malo es, malo es; mas cuando se aparta, se alaba” (Pr 20:14). Si bien este hombre podría usar una balanza justa y solo un juego de pesas, engaña a un vendedor al hacer críticas excesivas sobre la calidad de un artículo. Está mintiendo, porque tan pronto como compra el artículo por un precio menor, se jacta con sus amigos sobre cómo le “robó” al vendedor.
¿Cuál es la lección, más allá de apreciar la sabiduría inspirada de la Biblia? ¡Aprender la opinión de Dios sobre hacer trampa en los negocios! Si Dios considera que el engaño financiero es una abominación, entonces nunca debes engañar a los compradores o vendedores, incluso si eso significa dar más de lo que compraron y pagar más de lo que recibiste. Si crees que una conducta tan escrupulosa disminuirá tus ganancias, te has perdido la lección y no conoces al Dios del cielo. Él fácilmente puede compensarte por cualquier escrupulosa transacción en la que parezca inicialmente que los márgenes de ganancia no están a tu favor (Pr 11:18,24-27; 28:8).
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