Proverbios 21:19

“Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda” (Pr 21:19).

¡Joven! Estar soltero es malo y puedes sentirte frustrado y solo, pero casarte con una mujer odiosa es peor. ¡Sálvate! Casarte con una mujer difícil puede causarte más dolor de lo que te puedes imaginar. No te acerques a una mujer a la que le gusta debatir o tiene mal genio.

La Biblia no es solo teología. Dios creó a la mujer y ordenó cómo debía comportarse, y Salomón había visto y sentido el dolor de las malas esposas, por lo que escribió a menudo para que los hombres evitaran a ciertas mujeres (Pr 12:4; 14:1; 19:13; 21:9, 19; 25:24; 27:15-16; 30:21-23; 31:10-12).

Salomón sabía sobre lo que escribía. Tuvo 700 esposas y 300 concubinas (esposas de segunda clase). El dolor que causa una mujer contenciosa y de mal carácter por un día puede curar a un hombre de desear el matrimonio por el resto de su vida. ¡Salomón tuvo 1000 mujeres! Dios inspiró a este experto para darte un consejo matrimonial: no te cases con una mujer que le gusta debatir o tiene mal genio. El matrimonio puede ser peor que quedarte soltero de por vida.

¡Joven! ¿Te gusta vivir solo en una cabaña en medio de la nada? Si tu respuesta es positiva, no eres normal. La mayoría de los hombres temen una situación tan solitaria. Pero ten presente, esto es mejor que vivir en una casa elegante con muebles lujosos y comidas opíparas, pero con una mujer crítica, negativa, regañona y que se irrita fácilmente.

¿Qué es ser una mujer rencillosa? Es una mujer conflictiva, que le gusta contender, discutir, criticar, estar en desacuerdo, pelear, oponerse, reprochar y cuestionar. Está llena de preguntas, recordatorios y sugerencias, todo para ayudar, por supuesto. En lugar de ayudarte, te regañará; en lugar de aceptar dulcemente tus decisiones, te cuestionará y sugerirá alternativas sin fin; hasta que desees estar solo en el desierto.

¿Qué es ser una mujer iracunda? Una mujer que no puede gobernar su espíritu y le gusta pelear. Se enoja fácilmente; se siente insatisfecha, descontenta y está resentida contigo y otros todo el tiempo. Puede encontrar algo negativo en cualquier evento, situación o persona, y no se guarda su opinión. Nunca es apacible. Casi nunca está contenta; rara vez es tu dulce amante; siempre está irritada y estresada por algo.

¡Joven! Esta mujer odiosa, aborrecible y repugnante, será tu ruina (Pr 30:21-23). Te atraerá al matrimonio como el cazador a su presa, con trampas, y luego será demasiado tarde para ti. Solomon advirtió que tal mujer puede parecer agradable en la época del cortejo y las citas, pero después que la trampa del matrimonio se cierra sobre ti, no tienes escapatoria. Debes aplicar mucho discernimiento y ser muy sabio para reconocer los rasgos positivos y negativos de la chica a la que cortejas.

Recuerda la regla de diez. Cualquier atisbo de un carácter difícil o contencioso antes del matrimonio será diez veces peor después. Pruébala. Pídele que haga algo digno y decente pero que no le gusta. Si ves que se le cae la máscara, si detectas un lenguaje corporal negativo o incluso hueles la irritación contenida en ella, huye de inmediato hacia el desierto. Mejor es quedarte soltero de por vida que casarte con ella. Que se quede soltera hasta que la vida la haga crecer o muera sola y agriada.

No es de extrañar que los apóstoles respondieran de la forma en que lo hicieron cuando el Señor Jesús enseñó sobre el divorcio. En vista de su desaprobación, sería mejor no casarse. Tenían miedo de quedar atrapados en un matrimonio con una mujer rencillosa e iracunda. Los jóvenes deben considerar la grave seriedad del matrimonio y examinar cuidadosamente la perspectiva.

Las mujeres aptas para el matrimonio deben ser agradables, apacibles, graciosas, sumisas, dulces y reverentes. Una mujer así puede hacerte sentir como un rey en segundos, y el matrimonio con ella es una dicha real. Las mujeres aptas para el matrimonio deben ser cálidas, amables, encantadoras y tiernas. No deben tener bordes ásperos ni aristas puntiagudas. Rechaza a cualquier mujer que sea incluso un poco crítica, malhumorada, obstinada, conflictiva o cuestionadora. Una mujer así no se merece un marido. No te mereces tanto dolor. Te mereces una mujer de verdad. Encuentra una.

La mujer rencillosa no se tolera ni a sí misma. Le brota de manera natural instar, cuestionar con preguntas de mal tono, estresarse por detalles o situaciones irreales que pueden nunca suceder, dar recordatorios y amenazas veladas, esperar la perfección y no gustarle tus decisiones. Si le preguntaras a ella, diría que es una buena mujer y esposa. Si le preguntaras a su madre, ella también la alabaría (Ez 16:44). Pero su marido sabe (aunque nunca lo diría) que dentro de la casa es como gotera continua en tiempo de lluvia; que pretender contenerla es como refrenar el viento o sujetar el aceite en la mano derecha (Pr 27:15-16).

Aquí está la primera regla para salvarte. Solo considera a una chica o mujer que tenga el temor de Dios en su corazón. No te dejes influenciar por su apariencia o bondad (Pr 31:30). Solo aquella que ama a Dios y vive ahora de acuerdo con la Biblia en cada parte de su vida merece que repares en ella y la consideres como una candidata al matrimonio contigo. Si ama al Señor Jesucristo y la vida piadosa, la predicación dura y clara, y odia la mundanalidad; a esta, y solo a esta, considera. Solo ella te tratará durante toda su vida como la Biblia le dice. Tú ganas.

Aquí está la segunda regla para salvarte. Aprende a reconocer los rasgos de carácter de las mujeres piadosas de la Biblia y espéralos todos en tu candidata. Busca la diligencia extrema y el trabajo duro (Pr 31:13-27). Busca la amabilidad, especialmente en el habla (Pr 11:16). Busca un gran respeto por sus padres (Ef 6:1-3). Busca el amor y la bondad hacia los demás sin ningún filo crítico (1 Co 13: 4-7). Busca un espíritu perdonador que pase por alto las faltas de los demás y las olvide total y definitivamente (Col 3:12-15).

¡Joven! Tu futuro está en juego. Aprende las advertencias en estos proverbios acerca de las mujeres odiosas. Créelos. Teme el dolor del matrimonio con una criatura así. Se prudente. Prueba a la candidata y observa su reacción de cerca. ¿Es su madre una mujer encantadora, agradable y llena de gracia, o no? Pregúntales a los hombres casados experimentados y sabios su opinión, porque su olfato es muy delicado y mejor que el tuyo. No te apresures al matrimonio. Nunca te arriesgues a un destino horrible de cincuenta años.

¡Cristiana! Aprende a amar tu lugar y tu papel en el mundo: fuiste hecha para tu marido (Gn 2:18; 1 Co 11:9; 1 Ti 2:13). Deshazte de tus propias opiniones, porque tus deseos deben ser los de tu marido (Gn 3:16). Aprende y maximiza la bondad, y siempre serás amada (Pr 11:16). Aprende la sabiduría de Abigail (1 S 25:21-35). Las mujeres piadosas no contienden con sus maridos; se someten, los obedecen y reverencian (Ef 5:22-24,33; Tit 2:3-5). Las mujeres piadosas no son irritables ni negativas (Pr 31:26; 1 P 3:1-4).

¡Padre cristiano! Es tu deber instruir a tu hijo en los proverbios de Salomón para que aprenda la sabiduría para tener un gran matrimonio y una gran familia. A los muchachos se les debe enseñar y mostrar con ejemplos claros las diferencias entre una mujer amable y una mujer odiosa, para que sepan con qué tipo casarse. A las niñas se les debe mostrar y enseñar las mismas diferencias y exigirles que vivan de manera piadosa, para que un príncipe noble (un buen hombre cristiano) quiera casarse con ellas algún día. Dirige y gobierna sus decisiones matrimoniales a la luz de esta sabiduría para su beneficio.



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