Proverbios 2:15

“Cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos” (Pr. 2:15).

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¡El mundo está desquiciado! Su pensamiento está torcido. Está profanamente mal. Cuando los hombres rechazan a Dios y la Biblia, inventan formas perversas de vivir y aman su demencia. Si tratas de corregirlos, te odiarán por ello. La advertencia de Salomón es para salvarte de ellos.

Los hombres mundanos burlonamente llaman ovejas a los cristianos. ¡Y están en lo correcto! Los cristianos llaman chivos a los hombres mundanos, y tienen razón (Mt. 25: 31-46). El pecado ha embrutecido el corazón y la mente de los incrédulos, de modo que estos se lanzan precipitadamente por caminos torcidos y por senderos perversos. Sólo el temor apropiado de Dios salvará al hombre de la perversidad y la impiedad del mundo.

El versículo aquí explica las virtudes salvadoras de la sabiduría, el conocimiento, la discreción y el entendimiento (Pr. 2:10-17). Estos dones de Dios te protegerán del hombre malo y perverso (Pr. 2:12), “cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos”. El rey Salomón es tu consejero personal contra los estilos de vida disfuncionales de los hombres mundanos.

Las veredas torcidas ilustran un estilo de vida que se desvía de lo que es correcto, que es deshonesto, equivocado y perverso. Los caminos torcidos describen un estilo de vida irrazonable, rebelde, corrupto y malvado. Torcido quiere decir incorrecto y perverso (Pr. 3:32; 4:24; 6:12; 8:8; 11:20; 17:20; 21:8; Dt. 32:5,20; Sal. 18:26; 101:4; 125:5; Is. 59:8).

¡Dale a Dios la gloria! Cuando los hombres rechazan la manifestación evidente de la existencia de Dios en la creación natural, y no agradecen su bondad, Él les oscurece la mente y los vuelve a pensamientos reprobados, para hacer cosas inconvenientes (Ro. 1:18-32; Ef. 4: 17-19). Deberías leer cómo se burla Dios de los idólatras en Isaías 44:9-20.

¿Cuán inconveniente es el estilo de vida que Él les da? Muy torcido y perverso. Muy equivocado y tortuoso. Ellos declaran que son sabios sólo semanas después de aprender a caminar, sin embargo, hacen imágenes de insectos para adorarlas, en lugar de adorar al Creador (Ro. 1:22-23). Considera uno de sus caminos más torcidos y perversos: Dios los confunde para deshonrar sus cuerpos con viles perversiones homosexuales (Ro. 1:24-27).

Luego los entrega a más pensamientos y actos retorcidos para deshonrar su condición (Ro. 1:28-32). La fornicación, la avaricia, la malicia, la envidia, el asesinato, el engaño, la murmuración, la maledicencia, los hijos rebeldes, el divorcio y la desvergüenza son algunos de sus caminos y veredas. Son “sin entendimiento” y “sin afecto natural”. No sólo practican estas cosas, sino que también disfrutan que otros las hagan.

Amigo cristiano, la verdad sea dicha, como bien sabes, tu corazón y tu mente heredados de Adán son tan torcidos y perversos como los de cualquiera. Incluso Pablo dijo: “Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Ro. 7:18). Pero hay un hombre nuevo dentro, creado en la justicia y santidad de la verdad, del cual has de revestirte cada día (Ef. 4:24).

Por la gracia de Dios, no te conformes al mundo, sino transfórmate por medio de la renovación de tu  entendimiento (Ro. 12:1-2). Dios te ha llamado a un estilo de vida diferente. Pablo llamó a los santos a ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Fil. 2:15). Amigo cristiano, ¿eres tan diferente del mundo como deberías serlo? No debe haber ningún parecido.

¿Cómo puedes ser diferente? Con sabiduría, conocimiento, discreción e inteligencia espirituales (Pr. 2:10-11) ¿Dónde encuentras cosas tan preciosas? ¡En la Palabra de Dios! Ella te enseña a estimar como rectos los preceptos de Dios en todas las cosas, y a aborrecer todo camino falso (Sal. 119:128). No hay atajos, no hay manera de hacer trampa. La única sabiduría sobre la tierra está en la Biblia (Is. 8:20).

Sólo hubo un Hombre cuyas veredas y caminos fueron perfectamente rectos. No hubo nada torcido o perverso en Él. Pablo dijo que Jesús era “santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (He. 7:26). ¿Qué le hizo este mundo a Él? Se burlaron de Él y lo torturaron antes de clavarlo en una cruz. Volverían a hacer lo mismo si tuvieran otra oportunidad, y quieren hacer lo mismo con sus seguidores.

Pero la próxima vez que lo vean, Él no vendrá a morir en la cruz por sus elegidos. Vendrá a destruir furibundamente a sus enemigos. No habrá cuartel ni misericordia en ese día, ya que el juicio se derramará sobre todos los torcidos y perversos. En vano invocarán la ayuda de su Madre Tierra ese día: “Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (Ap. 6:16-17).

Pero el Señor Jesucristo vendrá con un propósito y resultado muy diferente para aquellos que creen en Él. Considera cómo Pablo advierte a los malvados y luego consuela a los cristianos acerca de ese gran día que se acerca rápidamente. Aquí están sus palabras:

“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)” (2 Ts. 1:6-10).

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