Proverbios 24:19
“No te entremetas con los malignos, ni tengas envidia de los impíos” (Pr 24:19).
Hollywood miente. No dejes que te molesten las glamorosas vidas de los impíos. Los pecadores parecen prosperar. Se ven felices. Piensan que se saldrán con la suya, que nunca recibirán su merecido. Pero su fin se acerca. Dios se reirá de ellos y los destruirá. No envidies su éxito temporal.
Hay un Dios en el cielo, y Él castiga severamente a los pecadores (Sal 58:6-11). “El que ríe último ríe mejor”, dice el dicho. Y el Señor será el último en reírse de la rebelión de los incrédulos contra Él y Su palabra. La felicidad de ellos es fingida; su éxito una ilusión, su prosperidad será expuesta como un engaño. Piensa en cómo a menudo mueren jóvenes, y luego se enfrentan a un Dios airado cuando estaban haciendo grandes planes para su futuro sin Él. No te preocupes por ellos.
El versículo que tienes ante ti es solo la mitad del proverbio. Después de advertirte que no te inquietes por los malvados ni que los envidies, Salomón escribió:
“Porque para el malo no habrá buen fin, y la lámpara de los impíos será apagada” (Pr 24:20).
¡Esto es sabiduría! En lugar de estar confundido o frustrado por los malvados y perversos, debes saber que se acerca su terrible ruina.
Debido a la televisión, el cine y la Internet, puedes ver los rostros, las casas, los autos y los pecados de los impíos mucho más de lo que Salomón pudo en sus días. Las aventuras de los impíos se publican en todo el mundo todos los días. Pero las palabras inspiradas de Salomón siguen siendo ciertas. No los envidies, porque conoces su futuro; ellos no conocen el tuyo, ¡y tu futuro es mucho mejor que el de ellos!
Es una expresión común y tonta describir a los pecadores como si se salieran con la suya. Pero nadie se sale con la suya. Pregúntale a Caín. Pregúntale a David. Pregúntale a Jezabel. Pregúntale a los judíos que crucificaron al Señor Jesús. Pregúntale a Hitler. Los hombres no se salen con la suya. De sus necedades y bromas, de cada palabra ociosa tendrán que dar cuenta (Mt 12:36; Ef 5:3-6).
La prosperidad no prueba nada. No envidies a los pecadores que parecen prosperar. Dios puede permitir o enviar prosperidad para animar a los necios en su necedad (Pr 1:32; Ex 9:16). David enseñó que si esperas lo suficiente, desaparecerán por completo y no podrás encontrarlos (Sal 37: 35-36). No envidies una pompa de jabón. ¡Pronto desaparecerá!
Los sabios caminan por fe, y el conocimiento de la verdad. Creen todo lo que Dios ha dicho contra el pecado en la Biblia y rechazan los consejos o ejemplos mundanos que hacen pasar al pecado como algo provechoso o entretenido. Los sabios saben. Saben que todos los hombres son mentirosos, especialmente los de Hollywood, y Dios es verdadero. Saben que se acerca el día del juicio, en el que todos los impíos darán cuenta de sus vidas y serán recompensados con el tormento eterno por su insensatez y maldad (2 Co 5:9-11).
La fe mira constantemente al futuro. Sabe que hay mucho más de lo que se ve a simple vista aquí en la tierra. Por tanto, el justo anda por fe, no por vista (2 Co 5:7). Sabe que se avecina un gran cambio de suerte, tanto para los justos como para los malvados. Sabe que los placeres del cielo superan con creces cualquier problema aquí (Ro 8:18; 2 Co 4:17-18; He 12:1-4). Como Moisés, el justo mira hacia adelante y se ríe de las riquezas de Egipto (He 11:24-26).
Temer a Dios y guardar Sus mandamientos son las dos mejores cosas que puedes hacer por ti mismo (Pr 1:7; 8:13; 9:10; 10:27; 19:23; Ec 12:13-14). Esta es la verdadera sabiduría. Confías plenamente en la revelación escrita de Dios para tu vida. Sabes que Él existe y Sus palabras son la verdad absoluta, y sabes que hay una gran recompensa por obedecerle (Sal 19:11; He 11:6).
El aparente placer y la prosperidad de los necios hacen que te preguntes si obedecer a Dios y a su Palabra vale la pena. David y su director musical, Asaf, escribieron sobre tales pensamientos de corto plazo (Sal 49:1-20; 73:1-20). Estas ideas son dardos de duda de parte del diablo para derrocar tu fe y hacer que transijas (Gn 3:1; Ef 6:16).
El fornicario parece disfrutar de muchas mujeres, pero Dios lo destruirá (He 13:4). Dios le permite pensar que se está saliendo con la suya con el adulterio (Sal 50:16-23). Mientras tanto, no tiene una mujer comprometida, leal y amorosa para disfrutar de una familia e hijos (Pr 5:15-23). Estos mujeriegos impíos están solos ahora, y pronto estarán en la compañía de los muertos (Pr 21:16; 24:20).
Dios te advierte que no te inquietes (Pr 23:17-18; 24:1; Sal 49:1-20). David escribió:
“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán... Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades” (Sal 37:1-2,7).
Deja que los impíos se diviertan en este mundo y tú podrás reír con el Señor en el próximo (Sal 17:13-15; 49:14-15). Te espera un galardón que avergonzará sus engañosos placeres; este galardón llena de esperanza al cristiano, por difícil que sea su existencia aquí (Sal 73:1-20; Ro 8:16-19; 1 Co 15:19). En cuanto a los impíos, Dios se reirá de sus calamidades ahora y declarará su condenación después (Pr 1:23-31; Mt 7:21-23).
- - - - - -