Proverbios 24:4

“Y con ciencia se llenarán las cámaras De todo bien preciado y agradable” (Pr 24:4).

La riqueza duradera se construye con sabiduría, comprensión y conocimiento. No hay atajos; los tramposos pierden al final; la insensatez sólo parece funcionar; las riquezas por vanidad desaparecen. La buena vida para una familia o una nación está tan lejos como la sabiduría. Son los muchos errores del pensamiento humano los que causan problemas económicos y financieros en cualquier nivel de la sociedad.

El versículo anterior proporciona la primera mitad de este proverbio. Aquí está la regla completa: “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; Y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable” (Pr 24:3-4). La sabiduría, la comprensión y el conocimiento son los factores que hacen ricos y prósperos a los estados.

Anteriormente (Pr 24:1-2), Salomón advirtió contra la envidia de los hombres inicuos, porque usan el engaño, la violencia y otros pecados para salir adelante económicamente. Para consolar y animar a sus lectores, prometió una herencia sustancial y placentera para aquellos que viven de la sabiduría, la comprensión y el conocimiento. Los malvados pueden tener éxito temporalmente; los justos vencerán al final.

Un hombre piadoso aplicará este proverbio temiendo primero a Dios, porque ese es el fundamento del conocimiento. Entonces gobernará sus asuntos con la sabiduría de las Escrituras y con consejeros piadosos (Pr 24:5-6). Algunos hombres piadosos son pobres porque son financieramente necios; algunos hombres sabios económicamente son pobres, porque descuidan la piedad. El éxito completo requiere ambas cualidades.

La Biblia, especialmente Proverbios, está llena de sabiduría práctica para los negocios, la carrera o la administración del dinero. Elogia la diligencia, el ahorro, la honestidad, la inversión, la planificación, el gasto disciplinado, etc. Condena la pereza y el despilfarro, y advierte contra el endeudamiento excesivo, el riesgo, el sueño y el gasto. Enseña respeto y servicio a los que están en autoridad; da secretos del poder de la caridad y la generosidad; detalla cómo comprar y vender de manera justa.

Elige la sabiduría rechazando las ideas del mundo y confiando en el consejo inspirado de Salomón. El éxito vendrá. Ignora las afirmaciones tontas y vanas de oportunidades comerciales (mercadeo en red), acuerdos de inversión (esquemas Ponzi), aumento de deudas, vida lujosa, acaparamiento de mercados, extorsión de vendedores o defensa egoísta. La condición económica de las naciones más grandes del mundo indica que están en bancarrota en más formas que solo financieras. Creen y promueven mentiras, y están cosechando las consecuencias.

Este proverbio se aplica a familias y naciones. Si los hombres de esta generación odiaran las deudas y amaran el ahorro, dos simples reglas de sabiduría que se enseñan en la Biblia, rápidamente se adelantarían a esos hombres y gobiernos que piden prestado y gastan mucho, lo que resulta en fluctuaciones económicas y niveles peligrosos de riesgo, interés, pagos y servicio de la deuda.

El libro de Proverbios debería ser una lectura obligatoria para todos los estudiantes y funcionarios gubernamentales de todas las naciones. Incluso sin humildad y sin temor a Dios, los principios de la gestión económica y financiera piadosa funcionarían. En cambio, cada nación proporciona a sus escuelas libros de texto y a sus funcionarios manuales que enseñan lo contrario de la sabiduría.

Lector, ¿qué estás haciendo con la sabiduría práctica de la Biblia? Si tienes dificultades financieras, hay razones para ello. ¿Has estudiado diligentemente Proverbios para ver qué estás haciendo mal? ¿O hay un problema a un nivel superior: descuidar al Señor del cielo y Su religión, lo que hace que Él sople en contra de sus esfuerzos? (Hag 1:4-11; Mt 6:33)

La regla aquí también funciona para las riquezas espirituales. Al aprender acerca de las Escrituras y de Jesucristo, los aposentos del alma se llenarán con las gracias y los consuelos del Espíritu Santo (Jn 7: 37-38; Ro 5: 5). “Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Ro 15:13).