Proverbios 25:18 (N)

“Martillo y cuchillo y saeta aguda es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio” (Pr 25:18).

¿Aplastas, cortas o perforas a otros? ¿Los mueles a golpes y los haces sangrar? Si alguna vez exageras, mientes o permaneces en silencio para poner a una persona en una mala posición, eres culpable. Eres como un mazo: un martillo grande y pesado. Eres como una espada cortante. Eres como una flecha puntuda. Heriste a otros dolorosamente. ¡Destruye estas armas hoy!

Los símiles y las metáforas son figuras retóricas que hacen una comparación entre cosas para explicar o ilustrar una de ellas. Un símil admite la comparación al usar la palabra comparativa “como”. Una metáfora asume la comparación sin identificarla. Este proverbio es una metáfora. Si fuera un símil, diría: “El hombre que habla contra su prójimo falso testimonio es COMO martillo y cuchillo y saeta aguda”.

Los hombres nobles y justos siempre dicen la verdad, especialmente cuando está en juego una reputación o una vida. Cuando son testigos en cualquier asunto, tienen cuidado de decir todo lo que deben, con la mayor precisión posible. No se quedan callados cuando su palabra arrojaría luz sobre una situación. Este asunto es tan importante para Dios que el noveno mandamiento dice: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Ex 20:16).

Esto no es un asunto ligero. Cuando Dios le dio las leyes a la nación de Israel, el perjurio en la corte recibía el mismo castigo que el crimen que se estaba juzgando, incluso si era la muerte (Dt 19:16-21). Una ley tan sabia ayudaría a los testigos a decir toda la verdad y nada más que la verdad. Los recuerdos mejorarían y las conciencias estarían mucho más activas. Dios odia toda mentira, pero especialmente cuando la reputación de otro está en riesgo (Pr 6:16-19;19:5,9; Ex 23:1-9; Lv 5:1; 19:11-18).

Puedes destrozar las esperanzas, la reputación o la vida de una persona si testificas falsamente en su contra o no dices toda la verdad. Puedes cortarlo profundamente, como con una espada, si no logras librarlo de un problema, cuando sabes la verdad sobre un asunto. Y puedes herirlo fatalmente desde la distancia, si fuiste testigo de algún evento, pero ocultas la verdad a quienes juzgan el crimen. Un testigo falso es un enemigo odioso y terrible para los hombres.

¿Nunca mentirías en la corte? Bien. ¿Dirías toda la verdad, nada más que la verdad, sin exageraciones ni prejuicios, sobre todo lo que sabes? Bien. Recuerda que exagerar los hechos o callar cuando sabes más también es ser un falso testigo.

¿Cuál es tu reputación? ¿Es la de siempre sólo decir la verdad sobre los demás? ¿Eres conocido por nunca murmurar, nunca calumniar, nunca chismear y nunca criticar destructivamente a otro? ¿Siempre pones las acciones de los demás bajo la mejor luz posible? Si no, ¡comienza hoy!




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