Proverbios 26:24
“El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño” (Pr 26:24).
No todos los amigos te aman. Algunos que dicen que te aman están escondiendo odio contra ti en corazones malvados. Disimulan o pretenden ser tus amigos y mienten para encubrir sus malos pensamientos y ambiciones. Pero los sabios saben de este terrible engaño y maldad de la naturaleza humana, y se protegen a sí mismos no dando mucha importancia a las palabras halagadoras.
El contexto más amplio aquí es una descripción de 12 versículos de cómo los hombres malvados destruyen a las personas y las relaciones (Pr 26:16-28). Salomón condenó la intromisión, las bromas engañosas, las habladurías, la maledicencia, la hipocresía, la mentira y la adulación. Debido a que sus actos son tan crueles, estos malvados generalmente ocultan sus intenciones bajo gestos de amistad y palabras amables.
El contexto más pequeño describe hipócritas mentirosos, que fingen ser amigos, pero tienen siete abominaciones en sus corazones. La lección es no creer todo lo que escuchas, especialmente las palabras halagadoras de afecto (Pr 26:25; 14:15; Jer 9:8; 12:6; Miq 7:1-6). Para aquellos que confían en Dios y siguen Su sabiduría, Él expondrá a estos mentirosos y su odio (Pr 26:26).
Solo los tontos ignorantes piensan que los hombres y las mujeres tienen corazones buenos y honestos por naturaleza. Dios ha declarado claramente que los corazones humanos son desesperadamente malvados (Jer 17:9). Sus gargantas, lenguas, labios y bocas son todos crueles y mortales (Ro 3:13-14). Esto es típico de los hombres impíos: “Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, pero guerra hay en su corazón; suaviza sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas desnudas” (Sal 55:21).
Considera los ejemplos de la Biblia. Caín habló amablemente con Abel, antes de matarlo (Gn 4:8). Simeón y Leví planearon un matrimonio, pero solo para masacrar una ciudad (Gn 34:6-31). Los hermanos de José consolaron a su padre acerca de José, después de planear matarlo y finalmente venderlo como esclavo (Gn 37: 31-36). El rey Saúl halagó a David y le ofreció a sus hijas, pero buscó destruirlo (1 S 18:17-29). Joab fingió amabilidad con Abner, pero solo para asesinarlo (2 S 3:27).
Absalón se mostró contento con Amnón, pero solo para matarlo (2 S 13:22-29). Absalón halagó a Israel, pero sólo para guiar al pueblo a la sedición (2 S 15:1-6). Joab preguntó a Amasa por su salud, pero solo para matarlo (2 S 20:9-10). Herodes habló de ir a adorar a Jesús, pero tenía asesinato en su corazón (Mt 2:1-18). Judas besó al Señor, pero solo para traicionarlo (Mt 26:47-50).
Los sabios aprenden a ser sordos a los halagos y las alabanzas, y atentos a las reprensiones (Pr 2:16; 6:24; 7:5; 20:19; 29:5). Saben que la reprensión abierta es mejor que el amor secreto (Pr 27:5; 28:23). Prefieren las heridas del amigo a los besos del enemigo (Pr 27:6; Sal 141:5). Saben que es poco provechoso recibir elogios y que pueden causar mucho daño (Pr 26:28).
Mide a todas las personas por el temor del Señor. Donde hay poco o ningún temor de Dios visible, no debes confiar plenamente en esa persona. La regla es fácil de entender y aplicar. Nehemías rechazó sabiamente la invitación de Sanbalat a una reunión (Neh 6:1-4). Pero el insensato Gedalías y otros judíos sinceros creyeron las mentiras y lágrimas de Ismael para su ruina (Jer 40:7-16; 41:1-7)
Salomón escribió este proverbio para advertir sobre los peligros ocultos de la adulación y la hipocresía en las relaciones, pero un Padre amoroso que está en los cielos expondrá los pensamientos y las intenciones engañosas y viciosas (Pr 26:25-26). Sólo Él conoce el corazón, y Él conoce todo el corazón (Jer 17:10; He 4:13). Practica con paciencia la sabiduría y déjale a Él el descubrimiento y la venganza.
Dios no solo expondrá tal duplicidad y disimulo, sino que también arrojará a los malvados en el problema que habían planeado para otros (Pr 26:27). Absalón fue asesinado cruelmente por los dardos de Joab mientras colgaba de un árbol (2 S 18:9-15). La horca de Amán se utilizó para estirar su propio cuello y el de sus diez hijos (Est 7:10; 9:13-14). Los adversarios de Daniel fueron devorados por los mismo leones que habían acompañado en paz a Daniel durante la noche (Dn 6:21-24).
El engaño más sutil y la mejor fachada del odio es el que usan las rameras, que adulan para desarmar y seducir a sus víctimas (Pr 2:16; 5:3; 6:24; 7:5,21; 22:14). La Iglesia de Roma es llamada una gran ramera, porque usa mentiras y pretensiones religiosas para atrapar a sus víctimas (Ap 17:1-6; 1 Ti 4:1-3; Mt 23:14). No creas sus engañosas mentiras que fingen buena voluntad y paz; la usa para alejarte de la religión apostólica y de la Biblia.
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