Proverbios 26:9

“Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios” (Pr 26:9).

No se puede confiar en los necios para la verdad o la sabiduría. Los borrachos se lastiman con espinas; los necios se lastiman con parábolas. Los borrachos son insensibles al dolor; los necios son ajenos a su ignorancia. Aquí hay más burlas sobre los necios por parte del rey Salomón (Pr 26:1-11).

Un proverbio es un dicho oscuro, una enseñanza enigmática, que requiere una cuidadosa interpretación y aplicación para que sea provechosa (Pr 1:6). Como un necio no tiene entendimiento, termina usando un proverbio para su propio daño, al igual que un borracho termina clavándose espinas en su propia mano. La sabiduría es sólo para los sabios.

La lección es sencilla. Los necios no son buenos maestros de sabiduría: harán un patético espectáculo de sí mismos tratando de interpretar los oscuros dichos de los sabios. Pedro también advirtió acerca de estos hombres ignorantes que tuercen las Escrituras para su propia destrucción (2 P 3:15-16). Un necio carece de habilidad mental, humildad de espíritu, revelación de Dios, reglas de interpretación o los cuatro elementos esenciales.

La verdad y la sabiduría son preciosas: las cosas principales que se deben buscar en la vida (Pr 3:15-18; 4:5-9; 8:11; 16:16; 23:23). Pero el necio no tiene derecho a ellas: están más allá de su capacidad (Pr 17:16; 18:2; 26:5). Salomón ridiculizó a los necios que trataban de enseñar la verdad o la sabiduría para exaltar ambas ante los sabios. Son tesoros para los sabios, porque saben que los necios nunca las encontrarán.

Las palabras de verdad y sabiduría son claras para los entendidos y rectas para los prudentes (Pr 8:8-9). Dios no las ha escondido de los que le temen. Pero los necios no tienen entendimiento ni conocimiento, porque son demasiado necios para temer a Dios. Toman las palabras de los sabios y se traspasan a sí mismos al malinterpretarlas y aplicarlas mal.

Los necios son perezosos, y su poco estudio es sólo para confirmar sus propios pensamientos (Pr 18:2). No poseen ni el discernimiento ni el conocimiento para ver las divisiones y distinciones en sentido y aplicación que son evidentes para los obreros aprobados en la palabra de Dios (Neh 8:8; 2 Ti 2:15). Son una vergüenza en doctrina y práctica. Cuando abren la boca, todos saben que son necios (Ec 10:3).

Hay más necios hoy que nunca antes, en gran parte debido a una mayor educación, ya que la mayoría de los educadores son humanistas, lo que es ser necios por credo y contenido (Sal 14:1; 94:11; 1 Co 1:19-20; 1 Co 3:18). -20). Muchos de estos necios acuden al campo de la religión, donde pueden ganarse la vida fácilmente escribiendo nuevas versiones de la Biblia o contando cuentos desde un púlpito a audiencias ignorantes.

Considera algunos ejemplos de proverbios en la boca de un necio. Busca las espinas que se clavan en la mano del borracho mientras estos necios exponen su ignorancia. Los comités de construcción de las iglesias han usado a menudo, “Donde no hay visión, el pueblo perece” (Pr 29:18-KJV), para justificar nuevos programas de construcción. ¡Pero el versículo completo claramente significa que la gente ha perdido la palabra de Dios! “Donde no hay visión, el pueblo perece; mas el que guarda la ley es bienaventurado” (Pr 29:18-KJV).

¿Por qué usó Jesús parábolas? (Mt 13:34-35) Los necios dicen que Sus parábolas eran historias terrenales con significados celestiales para hacer que Su doctrina fuera fácil de entender para la gente común. Pero Él explicó todo lo contrario: ¡Sus parábolas eran para ocultar la verdad y evitar que la gente entendiera! (Mt 13: 10-17) ¡La espina está clavada en la mano del borracho!

Jesús dijo: “Esto es mi cuerpo”, mientras sostenía un trozo de pan. Los papas y sacerdotes de Roma te dirán que Él había transformado el pan en Su propio cuerpo, sangre, alma y divinidad, invitando a Sus apóstoles a ser caníbales. Todos sus seminarios perdieron la metáfora, como cuando Él también dijo: “Yo soy la puerta” y “Yo soy la vid”. ¿Ves la espina? ¿Dónde está?

Pablo dijo, “Si no, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos?” (1 Co 15:29), al probar la resurrección de los muertos por el modo del bautismo: inmersión. Pero los mormones dicen que estas palabras requieren los baptisterios de sus templos subterráneos, donde ellos puede bautizarse por los familiares fallecidos que no conocieron a José Smith. ¿Ves la espina?

¿Fue Salomón más sabio que los críticos textuales y los novelistas que escriben nuevas versiones de la Biblia cada año? ¡Por supuesto! Su libro de Proverbios está lleno de sus parábolas, o dichos oscuros, que confunden a estos necios (Pr 1:6). Para ver lo que te da la arrogancia religiosa y la educación, aquí hay ejemplos de espinas en las manos de los borrachos: https://letgodbetrue.com/sermons/index/year-2015/proverbs-babel/.

¿Quieres más entretenimiento espiritual? ¿Puedes encontrar la espina e identificar al borracho? Dios confundió a la humanidad en la torre de Babel, dándoles diferentes idiomas para arruinar su proyecto de las Naciones Unidas (Gn 11:1-9). Hizo algo similar con 1 Samuel 13:1 en hebreo, que está documentado aquí: https://letgodbetrue.com/bible-topics/index/scripture/the-bible-babel/.

Si los necios dejaran de hablar, o de escribir, podrían salvarse de tal vergüenza, tal como aconsejó Salomón (Pr 17:28; Ec 5:3). Pero aquellos que deberían hablar menos suelen hablar más. Si los tontos deben hablar, deben evitar todos los temas importantes, ¡como un lisiado evita bailar! ¡O como un borracho evita las espinas!

Si quieres ser sabio y entender las oscuras palabras de Dios, debes humillarte ante Él, que es el principio de la sabiduría y del entendimiento (Pr 1:7; 9:10). Entonces debes temblar ante Su palabra y creer que cada palabra es pura (Pr 30:5; Is 66:2). Entonces pídele la sabiduría que no tienes (Pr 2:1-9; Sal 119:18; Stg 1:5).

Con total confianza en la revelación de Dios, puedes ver la gran oscuridad que cubre la mente de la mayoría de los hombres (Is 8:20; 1 Ti 6:3-5,20-21). Aprende a despreciar las palabras de los necios (Sal 119:113,128; 2 Co 2:17). Busca hombres temerosos de Dios, que no teman ni respeten al mundo, y prediquen Su palabra con insistencia, ellos te enseñarán la verdad (2 Ti 4:1-4).