Proverbios 27:13

“Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño; y al que fía a la extraña, tómale prenda” (Pr 27:13).

Los optimistas en los negocios y los que toman riesgos son financieramente peligrosos, al igual que los hombres que viven o juegan con mujeres sueltas. Mantente alejado de ambos tipos de personas. No trabajes para ellos. No inviertas con ellos. Si debes hacer negocios con ellos, obtén un contrato de protección muy ajustado.

Hombres impulsivos e inmorales van descendiendo y te llevarán con ellos al infierno, a menos que te protejas. Este proverbio tiene un gemelo en Proverbios 20:16, que duplica la advertencia contra los que toman riesgos y contra las personas inmorales. Aprende a “leer” a las personas, y evita a todos los impíos.

Considera los términos. Un aval (o fiador) garantiza las obligaciones financieras de otro, al igual que un codeudor de préstamos. Una prenda es una garantía de cumplimiento, muy similar a un depósito de seguridad, que da la confianza de que una persona cumplirá, o puede retenerse dicha prenda para cubrir cualquier perjuicio. Una prenda en este contexto es un ejemplo del Antiguo Testamento. Prenda: algo valioso que se deja como depósito de seguridad. Y una mujer extraña es cualquier mujer que tenga relaciones sexuales fuera del matrimonio.

El rey Salomón advirtió a su hijo que no garantizara las deudas de otros; que no fuera aval o fiador de nadie. Con una gran riqueza, conexiones y reputación, un príncipe podría comprometerse fácilmente con obligaciones ajenas que podría tener que terminar pagando él mismo. Dado que los asuntos de estado implican grandes obligaciones con graves consecuencias, Salomón a menudo enseñó a su hijo contra esta tentación, y deberías beneficiarte de estas repetidas advertencias (Pr 6:1-5; 11:15; 17:18; 20:16; 22: 26-27; 27:13).

Al entrar en negocios, Salomón le enseñó a su hijo a medir el carácter y la integridad de un hombre por sus prácticas arriesgadas y sus relaciones con las mujeres. Si el hombre era un optimista incauto que avalaba fácilmente a extraños, entonces se le debería exigir seguridad adicional para protegerse en cualquier clase de trato con él. Si el hombre era fornicario o adúltero, se aplicaba el mismo consejo, porque ambas prácticas acabarán por destruir a un hombre (Pr 22:26-27; 5:8-10; 6:26).

A los hombres nobles no es necesario exigirle un depósito de seguridad. Puedes entrar con confianza en cualquier trato con ellos. Cumplen con sus deberes, cumplen con sus obligaciones y pagan sus deudas. Puedes contar con ellos. Su palabra es tan buena como un contrato, su apretón de manos es tan bueno como un depósito de seguridad. Muchos negocios solían realizarse de esta manera, hasta que los gobiernos y las leyes dejaron de hacer cumplir los contratos y castigar a los deudores, ladrones e infractores de convenios con la severidad de antaño.

¿Cómo puedes encontrar y probar a tales hombres? Son prudentes en todos los tratos comerciales y evitan las empresas arriesgadas, por lo que rara vez se ven perjudicados por un mal trato (Pr 14:15; 22:3; 27:12). Se ríen de los esquemas Ponzi, se burlan de los programas para hacerse rico rápidamente y aseguran todo lo que deberían. Los hombres con carácter fuerte mantienen las riquezas (Pr 11:16; 13:23; 18:9; 21:5,20; 28:19). Por eso existe el proverbio opuesto: “Un tonto y su dinero se separan fácilmente”. Si un hombre ha conservado su capital, entonces sabes que has encontrado a un hombre de carácter fuerte y sabio.

¿De qué otra manera puedes encontrar hombres nobles para negocios seguros? Observa sus relaciones con las mujeres. Si son adúlteros o fiesteros, aléjate de ellos. Si debes tratar con ellos, obtén un contrato sólido o una garantía antes de comprometerte. Si tienen poco carácter o conciencia en asuntos relacionados con el amor, el sexo y el matrimonio, entonces no se puede confiar en ellos en asuntos financieros. Además, la vida libidinosa eventualmente los destruirá también de otras maneras. El adúltero y el fornicario descienden a la muerte y al infierno.

¿Cuál es la lección? Evita el optimismo ingenuo y el asumir riesgos en asuntos financieros. El pesimismo es una virtud en las transacciones comerciales y las inversiones (Pr 14:15; 22:3; 27:12). Examina las cosas con mucho cuidado e involucra a otros consejeros para evitar el máximo de perjuicio (Pr 15:22).

¿Hay otra lección? Mantén tu corazón y tu vida libres de mujeres fáciles, porque el compromiso moral y sexual traerá incluso problemas económicos. El adulterio prueba un alma necia y prioridades distorsionadas, y las rameras nunca son baratas en ninguna medida (Pr 6:30-33; 23:27).

¿Hay otra lección? Evita hacer negocios con hombres que son tontos, precipitados, impulsivos, ingenuos, optimistas o vanidosos en asuntos financieros, o obtén seguridad extra de ellos si te ves obligado a asociarte con ellos. Protégete alejándote de los que toman riesgos, porque su locura te llevará con ellos.

¿Hay otra lección? Evita hacer negocios con hombres que anden con mujeres fáciles, y obtén también seguridad adicional para asociarte con ellos, porque muestran falta de carácter y también van descendiendo hacia el infierno. Un hombre que engaña a su mujer o al esposo de otra mujer, pronto te engañará a ti. ¡Ten cuidado!

Por la gracia y misericordia de Dios, aunque los elegidos éramos extraños a Dios y tan infieles como rameras a las cosas del cielo, Él envió a Su Hijo unigénito para ser el Aval o Fiador de Su contrato, pacto, promesa y testamento de vida eterna para nosotros (He 7:22; 8:6; 9:15; 12:22-24). Y por Su fidelidad y justicia, cualquiera de los elegidos podemos confesar nuestros pecados en cualquier momento y ser perdonados y limpiados de todos ellos (1 Jn 1:9). Puedes poner toda tu confianza en Él, porque sólo Él es justo, perfecto y recto en todos Sus caminos.





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