Proverbios 27:26
“Los corderos son para tus vestidos, y los cabritos para el precio del campo” (Pr 27:26).
¿Sabes hacer un análisis económico? Dios y Salomón esperan que lo hagas. Si no puedes, o no quieres, te diriges a la pobreza financiera. No estarás solo, ya que muchos en esta generación perezosa no piensan en el futuro más allá que en contar los días hasta su próximo cheque de pago. Pero tu Creador inspiró una biblioteca divina para ayudarte a prosperar financieramente sobre ellos.
El rey Salomón, el predicador de Dios para ti que buscas sabiduría práctica y éxito, escribió una lección extensa para advertirte sobre el panorama económico en constante cambio (Pr 27:23-27). Sabía que los hombres deben considerar con prudencia sus medios de ingresos, ya que el éxito financiero o comercial nunca permanece igual e incluso las posiciones más seguras se pierden pronto.
En una sociedad agraria, maximizar el rendimiento de los campos para mantener una propiedad requería un examen cuidadoso de todas las especies de ganado y plantas utilizadas para generar alimentos, ropa e ingresos. En esta breve sección, Salomón enumeró rebaños, manadas, heno, pasto, hierbas, corderos y cabras, una empresa comercial diversificada sin duda. La diversificación es prudente, pero no es suficiente.
Para cada segmento de operaciones de animales y plantas, un hombre sabio analiza su vitalidad y rendimiento, los precios de mercado de su producto, y los compara para maximizar los ingresos totales con el menor riesgo. Esto no es tarea fácil. Los agricultores pueden ser poco estimados por muchos, pero a menudo son hombres de negocios inteligentes, incluso utilizan los mercados de futuro para cubrir su plan de negocios.
Este proverbio identificó corderos y cabras, dos segmentos del negocio. Los corderos son solo la descendencia de las ovejas, y las cabras con sus peculiaridades pueden no ser una aventura emocionante, pero ambas especies son necesarias. Los corderos producen lana para la ropa y se convierten en ovejas, y las cabras pueden crecer y producir leche con casi nada, dando valor a una tierra de poca calidad.
¿Cuál es la lección para ti? Debes analizar cada parte de tus esfuerzos económicos y modificar tus planes para maximizar las ganancias y minimizar el riesgo en un mundo cambiante. ¿Tu industria está creciendo o decayendo? ¿Es tu empresa competitiva dentro de su industria? ¿Es valioso tu puesto en tu empresa? ¿Tus habilidades tienen demanda y son comercializables? ¿Podrías tú otra persona agregar otro negocio? ¿Cuál es el rendimiento esperado prudente?
¿Conoces el valor de mercado de tu casa? ¿Estás sobreexpuesto a las fluctuaciones inmobiliarias? ¿Estás asegurado? ¿Has hecho todo lo posible para minimizar los impuestos? ¿Tus inversiones son acertadas a la luz de los cambios económicos mundiales y las políticas fiscales de tu gobierno? ¿Te has diversificado? ¿Tienes liquidez financiera para aprovechar las oportunidades excepcionales que puedan surgir? Estos son algunos deberes financieros dados por Dios.
Si estas preguntas te intimidan o te confunden, entonces debes consultar con algunos sabios consejeros, ya sean profesionales o tus amigos exitosos, y dejar que te ayuden a analizar tu situación económica. Salomón enseñó que hay seguridad en una multitud de consejeros (Pr 15:22). Con su ayuda, puedes mantener la sabiduría de este proverbio.
¡Qué bendición, las Escrituras cristianas! Desde el origen del universo hasta su pronta renovación, desde los atributos de Dios hasta los detalles de la salvación, la Biblia trata acerca de toda tu vida, incluyendo la seguridad económica y el éxito. Los ignorantes de la Biblia piensan que es un libro de texto doctrinal obsoleto y poco práctico, pero este proverbio debería abrirte los ojos.
Agradece a Dios por inspirar a Salomón a escribirte sobre todos los aspectos de tu vida: ganarte la vida y construir una propiedad familiar. Lee los comentarios relacionados de los versículos que rodean a este (Pr 27:23-27). Exalta la Palabra de Dios escuchándola cuando es predicada o explicada regularmente, y obedece por todos los medios la sabiduría que Dios te transmite para tu beneficio.
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