Proverbios 3:6
“Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Pr. 3:6).
Te enfrentarás a muchos dilemas, a veces difíciles, cada día de tu vida. Las respuestas correctas son fáciles de encontrar, si te humillas ante Dios y confías en Él en cada tema. Pero los hombres se resisten o rechazan esta solución simple: son demasiado orgullosos para admitir su ignorancia, demasiado temerosos para ir en contra de la multitud, y creen que pueden encontrar una solución viable por sí solos.
Los dos proverbios alrededor de este ayudan con su interpretación y énfasis. El versículo anterior enseña la confianza total en el Señor y el rechazo total de tu propia prudencia (Pr. 3:5). Ni siquiera debes considerar tu opinión sobre un asunto. El siguiente proverbio advierte contra la confianza en tu propia sabiduría: debes temer a Jehová y apartarte del mal (Pr. 3:7).
Puedes encontrar el camino correcto para las complejidades de la vida, si reconoces al Señor en todos tus caminos. Reconocer al Señor es admitir que Él es infinitamente sabio, que ha abordado perfectamente todos los temas y que debes obedecerle. Tendrías un sólo camino en cada decisión, si no crearas otras opciones consultando tu tonto corazón o los tontos corazones de los demás. Debes orar por una mente que no sea de doble ánimo y que reconozca sólo el camino de Dios.
La Biblia es la voluntad de Dios para tu vida, sobre cualquier tema que enfrentes (Dt. 29:29). La Biblia puede hacer perfecto al hombre de Dios, cuando este ignora y rechaza las opiniones de los hombres (2 Ti. 3:16-17). Si no puedes encontrar las respuestas a tus preguntas, es tu culpa o la culpa de tu pastor, no del Autor. Las respuestas están ahí; sólo necesitas encontrarlas. ¡Pídele ayuda al Señor!
Lee esta inequívoca declaración acerca de la Biblia: “Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, y aborrecí todo camino de mentira” (Sal. 119:128). Léela de nuevo. Cualquier actitud hacia la Biblia que no sea ésta confianza es no reconocer a Dios; vas directo al abismo de la confusión humana (Is. 8:20-22; 1 Co. 1:18-20; 3:18-20).
¿Reconoces al Señor en todos tus caminos? El castigo corporal perfecciona a los niños, a pesar de lo que imaginan Benjamin Spock y otros tontos (Pr. 22:15; 23:13-14; 29:15). El bautismo es por inmersión, a pesar de lo que el Papa le enseñó a Juan Calvino (Jn. 3:23; Ro. 6:3-5; 1 P. 3:21). Salomón dio la mejor posición para hacer el amor, a pesar de lo que enseña el Kama Sutra y los idólatras orientales (Cnt. 2:6; 8:3). La Biblia endereza todas tus veredas.
Reconócelo en todos tus caminos. Cuando se trata de un enemigo, perdónalo y ora por él (Pr. 19:11; Mt. 5:43-48; Ro. 12:17-21). Ante las opciones funerarias, la cremación es pagana (Gn. 23:1-20; Dt. 12:29-32; 21:22-23; 34:5-6). Si alguien en autoridad se enoja contigo, una respuesta suave funciona mejor (Pr. 15:1; Ec. 10:4). Reconoce al Señor, y Él te dirá: “Este es el camino, andad por él” (Is. 30:21). La Biblia puede responder a todos sus dilemas.
¿Puedes humillarte e ir a la Biblia para responder cada dificultad o pregunta que enfrentas en la vida? ¿Puedes humillarte y acudir a alguien que conoce la Biblia mejor que tú para obtener su opinión sobre tu situación? Si no puedes humillarte, estás condenado a la ignorancia y al problema. Es ésta humildad la que conduce a la sabiduría y al éxito.
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