Proverbios 6:6

Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio (Pr 6:6).

Las hormigas son grandes maestras (Pr 30:24-28). Hay cosas que puedes aprender de las hormigas que te ayudarán profesional y espiritualmente más que tu formación académica o técnica. Las hormigas son diligentes y prudentes: diligentes en trabajar duro sin supervisor, y prudentes en ahorrar parte de toda la producción. Estas dos necesidades básicas para el éxito generalmente se descuidan en las sociedades modernas, donde se enfatiza el placer y se fomenta el gasto por medio de préstamos.

¿Qué es un perezoso? Una persona que es lenta, floja y que no le gusta trabajar duro. Es una preocupación y un riesgo para los que deben confiar en él (Pr 10:26). Los hombres diligentes, o los que trabajan duro, tendrán éxito (Pr 10:4; 12:24; 14:23; 22:29; 28:19), pero los perezosos, que evitan el trabajo diligente, son perdedores (Pr 6: 10-11; 12:24; 19:15; 20:4,13; 24:30-34). ¿Eres un perezoso?

Los perezosos son demasiado arrogantes para que se les enseñe (Pr 26:16), por lo que Salomón se burló de ellos con hormigas. Si observaran a las hormigas durante unos minutos, estos vagabundos altivos podrían aprender a tener éxito, ya que las hormigas son mucho más sabias que los perezosos. Un MBA de Harvard no es tan útil como lo que te enseñan las hormigas en tu jardín todos los días. Pero los perezosos son demasiado orgullosos para aprender de las pequeñas maestras.

Los perezosos se quedan en la cama, porque les encanta dormir (Pr 6: 9-11; 20:13; 24: 30-34). Tienen energía para dar vueltas en la cama, pero apenas para llevarse la comida a la boca (Pr 26:14-15). Quieren los bienes de la vida como los demás, pero no quieren trabajar por ellos (Pr 13:4; Ec 10:15). Quedarse perezosamente en la cama es demasiado cómodo y placentero.

Piensa en las hormigas. Tienen una excelente ética de trabajo, a diferencia de los perezosos. Si te agachas en la hierba y observas a estas pequeñas criaturas, rápidamente verás sabiduría y hábitos útiles. Las hormigas no duermen más allá del amanecer, y no hacen siesta, así que no te preocupes por despertarlas por la mañana o por la tarde. Se levantan temprano, se ponen a trabajar y se quedan en el trabajo hasta el atardecer.

Siempre se están moviendo, rápida y enérgicamente. Funcionan de manera eficiente. Trabajan incansablemente. No se quedan paradas, sentadas o arrastrando a penas su carga en el camino. Trabajan rápido. Van directo a un proyecto y trabajan duro hasta que lo terminan (Ec 9:10). ¡Se apresuran! No se darán por vencidas hasta que el trabajo esté hecho.

No necesitan supervisión (Pr 6:7), porque se ponen a trabajar y encuentran algo que hacer sin dirección. No tienen que recibir órdenes ni hay que  amenazarlas. No es necesario recordarles con frecuencia lo que se espera de ellas. Qué diferencia con el perezoso, a quien siempre hay que empujarlo para que haga algo. Las hormigas tienen una conciencia instintiva de parte Dios que las hace trabajar diligentemente.

Cuando los tiempos son buenos, trabajan muy duro para almacenar para los malos tiempos (Pr 6:8); no se lo toman con calma porque hay apariencia de abundancia. Almacenan el excedente en lugar de comerlo todo. Se niegan a sí mismas el placer a corto plazo por la prosperidad a largo plazo. En su sabiduría, incluso muerden los extremos de los granos para evitar que germinen en el almacenamiento.

No tienen reglas sindicales ni hábitos egoístas que les impidan ayudar a los demás. Intentan ansiosamente superarse unas a otras mediante esfuerzos enfocados e incansables. Si una está moviendo algo demasiado grande para ella sola, otras la ayudarán a llevarlo a donde debe quedar. Están comprometidas a ayudar a que toda su colonia tenga éxito. No son solitarias egoístas.

No eligen la forma más fácil ni se desaniman si el trabajo no se puede terminar rápidamente. Cuando enfrentan dificultades, lo intentan enérgicamente una y otra vez hasta que tienen éxito. Recorren grandes distancias desde su hogar para encontrar su comida. Entrarán en casas, automóviles y casi cualquier cosa para encontrar lo que necesitan.

Estimado lector, considera los caminos de estas diminutas criaturas. ¿Eres como la hormiga en la forma en que haces tu trabajo espiritual todos los días? ¿Eres como la hormiga en la forma en que disciplinas tus gastos para ahorrar parte de todos tus ingresos? El trabajo duro hará mucho más que hablar (Pr 14:23), soñar (Pr 28:19) o dormir (Pr 6:9-11; 20:13). Eres un miembro del reino de los cielos: ocúpate en las cosas del reino. Tanto la prudencia financiera  como las espiritual hará mucho más que gastar (Pr 21:20) o malgastar (Pr 18:9) los ingresos. ¡Ahorra algo hoy!













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