Proverbios 8:26

 “No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo” (Pr 8:26).

Jehová, el único Dios verdadero, siempre tuvo sabiduría. Siempre pensó y actuó con pleno conocimiento y total comprensión. Nunca aprendió nada. Nadie le instruyó jamás. Nunca tuvo confusión, dudas o preguntas. Siempre tuvo un entendimiento perfecto. Poseía una sabiduría infinita antes de que este mundo existiera.

Eres una criatura de esta tierra: reclamas existencia y realidad por tierra firme. Estás hecho de polvo; te ganas la vida a duras penas del polvo; vuelves al polvo. Algunos tontamente llaman al mundo Madre Tierra. Lo más cierto que conoces es la suciedad de la tierra. Pero el Señor tenía toda la sabiduría antes de hacer la tierra seca, los campos o el Monte Everest del polvo.

Salomón personificó la sabiduría como una mujer en este capítulo, quien describe y ofrce sus beneficios a los hombres (Pr 8:1-9:12). El contexto inmediato de este proverbio es la posesión de la Sabiduría por parte de Dios antes de sus grandes obras de creación (Pr 8:22-31). Y el acto creativo específico del proverbio es formar la tierra seca, tanto campos como montañas.

La tierra era originalmente una bola de agua (Pr 8:24; Gn 1:2). No hubo una sola célula de vida animal de ningún tipo que evolucionara en ningún grado. Estaba oscuro, porque no había sol, que Él creó en el cuarto día (Gn 1:14-19). El primer día creó la luz; creó el cielo y aire en el segundo día, tierra seca en el tercero. Y llamó a lo seco Tierra (Gn 1:3-13).

Antes del tercer día, Dios ya poseía sabiduría infinita, como dice el proverbio. ¡Y la usó para crear la tierra majestuosa! Isaías elaboró sobre la evidencia de Su gran sabiduría y entendimiento de Su creación de la tierra seca y las montañas. El escribió:

“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13 ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? 14 ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? 15 He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo”  (Is 40:12-15).

¡Dios hizo el Monte Everest del polvo de la tierra! ¡Se encuentra a 8.849 metros sobre el nivel del mar! ¡Y a 5.200 m de altura necesitas oxígeno suplementario! ¡Muchos vuelos de avión no llegan tan alto! Alrededor de 4.000 personas han intentado escalarlo; cerca de 700 lo han logrado; y 142 murieron en el intento. Cuando el Señor juega con el polvo, ¡grandes cosas suceden!

Alucinar que gases que explotaron en el universo formaron la tierra es ridículo, debido a que todas las formas de vida que se reproducen en el planeta y el equilibrio ecológico que las sostiene en un rango tan estrecho niega totalmente la ilusión del evolucionista. Si bien niegan la creación para deshacerse de un Creador, debes abrazarla con Salomón por la sabiduría resultante y el poder soberano que Dios tiene sobre Su creación (Pr 16:4; Ap 4:11).

¿Qué harás con este gran Dios y Su sabiduría? ¿Qué es la sabiduría? Es el poder del juicio correcto: el conocimiento y la comprensión para comprender cualquier situación y saber qué hacer. La sabiduría comienza con el temor del Señor (Pr 1:7; 9:10), y los detalles están provistos en la palabra escrita de Dios (Sal 19:7; 119:98-100). Si descuidas Su oferta, debes amar la muerte, porque Él se burlará cuando vengan tus calamidades por rechazar Su oferta de sabiduría (Pr 8:36; 1:24-32).




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