Proverbios 9:16

“Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dijo” (Pr 9:16).

¡Hombre: una mujer te busca! Este proverbio es la personificación de una mujer que te invita a entrar en su casa, porque quiere hacerte pasar un buen rato (Pr 9:17). Solo hay un pequeño problema: después de estar con ella, estás muerto y en lo profundo del infierno (Pr 9:18). ¡Odia a esta mujer malvada!

Puedes entender este proverbio. Compara Proverbios 9:1-4 con Proverbios 9:13-16. Hay dos invitaciones idénticas hechas por dos mujeres diferentes. La Dama Sabiduría hace la primera invitación (Pr 9:4). La necedad misma, o una mujer ramera, hace la segunda invitación (Pr 9:16). Aprecia la comparación de Salomón de estas dos mujeres. Ve los comentarios sobre Proverbios 9:4.

La Dama Sabiduría amablemente llama simples a los jóvenes, porque ella tiene la cura para su ignorancia (Pr 9:1-4). Una prostituta no llama literalmente simples a los jóvenes, sino que utiliza todas sus habilidades verbales para halagarlos y seducirlos. Estas son las palabras de Salomón, juzgando a los hombres como necios por acercarse a ella. ¡Ella invita a todos los hombres, pero solo los simples escuchan!

Los jóvenes necios son muy vulnerables a la locura y la fornicación del mundo con prostitutas o chicas promiscuas. Son simples, y carecen de comprensión. Cautivos de sus poderosas lujurias, no pueden ver más allá de los siguientes cinco minutos las consecuencias de la muerte y el infierno que les esperan (Pr 9:18). Es sólo la comprensión y la sabiduría las que perciben el futuro y evitan el dolor.

La Dama Sabiduría tiene un festín de carne, vino añejado y pan de primera en una mesa fina en su casa de siete columnas (Pr 9:1-3). La locura, o la mujer ramera, te ofrece pan y agua; la verdadera carnada es el engaño seductor de los placeres pecaminosos (Pr 9:17). Ve el comentario sobre Proverbios 9:17. Joven, ¿comerás seguro en un festín o correrás un grave peligro en la prisión?

Todos los días, las mujeres sueltas y promiscuas invitan a los hombres a unirse a ellas. Quieren llevar a los hombres a la destrucción. Los hombres toman decisiones diarias para resistir la tentación o ceder a ella. Ceder tiene resultados horribles. O entras en la casa de la Dama Sabiduría y encuentras refugio allí humillándote ante el bendito Dios y consultando Su preciosa Palabra, o cedes a la sonrisa mentirosa de este mundo perverso con su oferta de placer sensual a corto plazo.

La sabiduría exige que te mantengas alejado de la necedad y de las mujeres de este mundo tanto como sea posible. La atracción de ambas hacia el hombre natural es demasiado poderosa para jugar con ellas. En cambio, los hombres sabios llenarán sus almas y mentes con el evangelio puro de Jesucristo y la doctrina que es conforme a la piedad. Ni siquiera permitirán tentaciones potenciales. La atracción y la invitación a la locura y la fornicación son reales, ¡pero también lo son las consecuencias!